Cinco millones de parados, un 21% de la población activa, esto es realmente vergonzoso. Las fuerzas democráticas del Estado no hacen nada, ayer salieron a la calle algunos sindicalistas para cubrir el expediente, para justificarse en el día del trabajo, una pancarta con las siglas del sindicato o incluso del partido marxista que les apoya, unos cuantos pitos de los regalados en la atracción de feria del coche de papá y como no, unas cuantas voces para animar al personal. Todo dentro de lo que cuando nos interesa llamamos normalidad.
Pero dónde esta ese espíritu obrero, dónde esta esos abogados sindicalistas que se iban a comer el mundo cuando estaban haciendo la carrera, porque los que vivieron los últimos años del franquismo como que no están para muchos trotes. Pero esos niños que se hicieron el carnet de IU, que han sido compañeros míos en la universidad, que me gritaban por llevar unos vaqueros y unas zapatillas de marca, donde están esos que prometían luchar por un mundo sin clases, donde la voz de mando la tenía el obrero. Parece que se los ha comido la tierra, que no tienen ahora voz, esos maestritos que cuando su sindicato los ha colocado para ganar un buen sueldo casi sin hacer nada, ya no se acuerdan de los cinco millones de parados. Dónde están los líderes de los dos grandes sindicatos, bueno hoy si se donde están, echándose la foto para mañana poder salir de portada en los periódicos de tirada nacional, dándoles de comer bocadillos y cerveza a la clases desfavorecidas, que es igual que engañar al estómago con un pico de pan a la hora del almuerzo. Menudos mentirosos, y vende patrias, si lo he dicho, son unos vende patrias que por se dejan prostituir por dos leyes que les ha dado el gobierno prefiriendo a cambio que muchos niños no tengan para comer a costa de estar ellos de buenas con el inquilino de Moncloa.
Espero que el 22 de mayo España, sepa darles la respuesta que se merecen, y esa el aperitivo de lo que les está por venir. Pero claro conociendo como conozco a los españoles a lo largo de la historia que he podido estudiar, no me sorprendería que encima se les rían la gracia.
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