Retablo actual del Stmo. Cristo de las Tres Caidas de Triana diseñado por Guzmán Bejarano y realizado por su hijo Manuel Guzman Fernández. Fotografía: E. Jesús Díaz Pérez |
5. Retablo neobarroco
de Guzmán Bejarano (2012)
En octubre de 2008 comenzó la segunda fase de ampliación de la capilla
de los Marineros, que se prolongó hasta la cuaresma de 2010, y durante este
tiempo las imágenes se trasladaron a la parroquia de Santa Ana ubicándose en
altares provisionales; a su regreso la Virgen ocupó su retablo, pero el Cristo,
al habérsele construido una nueva y amplia capilla en el lado del evangelio,
tuvo que esperar dos años y medio en un altar provisional hasta que estuviese
listo su nuevo retablo. El viernes 5 de octubre de 2012, después de un
concurrido besamanos extraordinario, fue bendecido el altar por nuestro
director espiritual don Eugenio Hernández Martínez y entronizado el Cristo de
las Tres Caídas en su nuevo camarín.
Este retablo fue diseñado por el tallista y hermano de la corporación
Manuel Guzmán Bejarano, antes de fallecer el 31 de diciembre de 2002.
La realización de la obra se le confió a su hijo, Manuel Guzmán Fernández,
quien comenzó a tallarlo en septiembre de 2004, fecha de la firma del contrato.
Está realizado en madera de cedro y tiene nueve metros de alto por siete y
medio de ancho, su diseño plenamente neobarroco se inspira en la retablística
sevillana de la primera mitad del siglo XVIII, a semejanza del de la Virgen de
la Esperanza obra de Francisco María Ceiba en 1716. Lo más
destacable es la magnífica y valiente labor de talla, llena de bonitos motivos
vegetales, cartelas y guirnaldas. Consta de mesa y banco de altar flanqueado
por postigos laterales, el cuerpo central se divide en tres calles por medio de
cuatro grandes estípites rematados por jarrones y soportados por ángeles
atlantes, la hornacina del Señor la enmarcan estípites de menor tamaño y
termina en un medio punto rematado por una potente cornisa que se curva en su
parte central invadiendo el ático que se decora con un gran medallón, a día de
hoy vacío a la espera que se coloque un relieve representando a la Virgen de
los Mareantes que preside el cuarto del Almirante del Alcázar de Sevilla. En el
proceso de ejecución del retablo se han hecho varias reformas, porque al estar
realizada la mayor parte antes de la finalización de la capilla que lo iba a
cobijar, las medidas no eran del todo exactas, teniéndose que estrechar la
calle central para hacerla coincidir con la embocadura del camarín y rebajar el
arco de medio punto que formaba el ático por ser de menor altura el techo. Para
cuadrarlo se han incorporado en los extremos pilastras en forma de medios
estípites, para así hacerlo avanzar y separarlo del muro del testero de la
capilla, lo que junto con el recorte en altura le ha restado esbeltez al diseño
original.