domingo, 22 de diciembre de 2013

YO ESTUBE A SOLAS CON ELLA



Ntra. Señora de la Esperanza Macarena
a los pies de su Altar durante los días de su
devoto besamnos


Ha sido lo más maravilloso que me ha pasado, algo impensable, sobre todo por ser forastero, y más cuando es algo ni pensado, ni planeado, pero el hecho es que sin buscarlo, tan solo por un conjunto de encadenadas circunstancias,  pude estar a solas con la Esperanza Macarena, yo creo que fue  Ella la que me buscó, que se valió de su prioste para que yo  pudiera estar a solas con Ella. Si señores lectores, lo que se dice absolutamente solos, unos minutos, pero estuvimos  los dos solos, sin tiempo y sin espacio, solo Ella y el vetusto amanuense, como si me trasladarse a otra dimensión, como si todo lo que rodea a la Ntra. Madre de la Esperanza me envolviese y pasara a otra realidad. Pude experimentar como todo ese cúmulo de sensaciones me invadía, y cuando el prioste me puso delante de Ella, solo puede hacer la misma pregunta que le hizo su prima Isabel, ¿quién soy yo, para que me visite la Madre de mi Señor? Aunque en este caso,  el que visitaba era este que escribe, porque estaba yo en la Basílica, en su Casa. Pero la verdadera realidad es que era Ella la que me visitaba, porque visitó lo más hondo de mi corazón, ahí donde nos cuesta mirar, así como limpiar, pues Ella no solo lo visitó, sino que me invitó a mirarlo.
Y todo esto ocurría mientras la miraba cara a cara, con la soledad de la Basílica de fondo, de luz, un único foco alumbraba su virginal belleza. Aún recuerdo como la pude contemplar de Tú a tú, a los pies de su propio Altar, como si fuera una vecina más del barrio. Pude acatar con toda tranquilidad las niñas de sus ojos, contarle el número de pestañas, el color de sus cejas,  Su tenue sonrisa que acarició mi Alma, pude notar hasta su aliento sobre mi rostro, si, no estoy loco, lo pude notar, lo pude hasta rozar con las yemas de los dedos de las manos. Fui prudente y a la vez obediente y no rocé Sus manos con las mías, solo la contemple, le acaricie sus mejillas con la mirada, le seque las lágrimas con mis suspiros, le intente extirpar la pena y el dolor, pero eso solo se puede limpiando lo más hondo del corazón.
Yo estuve a solas con Ella, sintiendo como me abrazaba y me acunaba, incluso alguna letanía al oído me susurraba. Yo estuve a solas con Ella, si, lo estuve, sosteniéndole la mirada, y mientras más la miraba, notaba que mi pena se hacía suya, y esta la ahogaba. Pero no era solo la mía, si no todas aquellas que en su mano quedaron besadas. Por eso Madre mía del Cielo que de la Esperanza te llamas, solo hay un nombre que pueda borrar esa amarga pena, que no es otro que MACARENA.
En recuerdo en el momento íntimo que pude vivir la noche del 15 de diciembre del presente año, ante la Imagen de la Stma. Virgen de la Esperanza Macarena, el cual se lo debo a su prioste y amigo D. Jerónimo Núñez, gracias al cual, puede vivir esos momentos de soledad e intimidad con Ella a pie de su Altar. Gracias Jero por este regalo de Navidad.

sábado, 21 de diciembre de 2013

HASTA LA REPÚBLICA PASO DE FEDERARISMOS



La sesión del día 25 de agosto de 1931, leído en las Cortes el proyecto de Constitución, pidió la palabra el diputado federal por Soria, Hilario Ayuso, para preguntar si los líderes republicanos que se habían comprometido en 1926 con la República federal seguían manteniendo aquel compromiso.

Ayuso no hizo referencia alguna al fracaso histórico de la Primera República de 1873 y de su proyecto federal, ni al fracaso del mismo partido federal, dividido y desintegrado en varias taifas federalistas, cuyos restos apenas llegaron a la Segunda República. Nadie le contestó.

Seguidamente, habló, en nombre de la Comisión constitucional, su Presidente, Luis Jiménez de Asúa, catedrático de la Complutense, abogado y renombrado penalista, diputado socialista por Granada-provincia, de reciente afiliación en la Agrupación madrileña. No hizo mención alguna a la pregunta del diputado soriano y se puso a explicar los trabajos de la Comisión y las notas constitutivas del nuevo texto.

«Deliberadamente -dijo, al llegar al título primero. Organización nacional-, no hemos querido declarar en nuestra Carta constitucional que España es una República federal; no lo hemos querido declarar porque, hoy, tanto el unitarismo como el federalismo están en franca crisis teórica y práctica. Sírvanos de ejemplo el caso de Alemania, de que más tarde he de hablar. Vemos en su Constitución de 1919 cómo se ensanchan los poderes del Reich y cómo los antiguos Estados reciben el nombre de Lánder. La autonomía va haciendo que, en vez de tratarse de una Constitución federal, se trate de algo de que he de hablar más tarde: de un Estado integral. Está, pues, en franca crisis todo lo referente a esta antítesis de Estado federal y Estado unitario».

Y, tras afirmar que el Estado unitario estaba ya en franco crack desde comienzos de siglo, añadía: «Pero, al mismo tiempo, tampoco puede el sistema federal ofrecernos bases teoréticas y prácticas; el sistema sinalagmático de pacto que ilustró Pi y Margall hoy no se recibe por la teoría ni por la práctica, ni tampoco ha llegado a cuajar el sistema orgánico».

No hablaban, además, los autores del proyecto constitucional de Estado federal, porque «federar es unir». Se han federado aquellos Estados que vivieron dispersos y quisieron reunirse en colectividad. No aceptaron, pues, esos términos, que estaban en franca y definitiva crisis.

La Comisión había querido seguir el ensayo de Hugo Preuss y sus doctrinas del Estado integral, llevadas a la Constitución de Weimar (1919): ese «gran Estado integral, en el que son compatibles, junto a la gran España, las regiones, y haciendo posible, en ese sistema integral, que cada una de las regiones reciba la autonomía que merece por su grado de cultura y de progreso: unas querrán quedar unidas, y otras tendrán su autodeterminación en mayor o menor grado».

En ese tiempo, ni las derechas ni las izquierdas eran federalistas. Los cuatro grandes santones del momento: Azaña, Lerroux, Ortega y Gasset y Sánchez Román, menos que nadie.

lunes, 11 de noviembre de 2013

DESPEJADA LA INCOGNITA EN LAS ELECCIONES MACARENAS




D. Manuel Garcia Garcia, reelegido Hno. Mayor de la Macarena


D. Manuel García ha resultado reelegido hermano mayor de la hermandad de la Macarena en las elecciones celebradas durante la jornada de hoy domingo, 10 de noviembre, por un amplio margen de 847 votos sobre la otra lista presentada encabezada por D. Agustín Bello-Conde.
En total ejercieron su derecho al voto 2975 hermanos de los que 1857 apoyaron a la lista ganadora y 1010 a la encabezada por el que ha sido Teniente Hno. Mayor, hasta esta última legislatura, Agustín Bello-Conde. Se escrutaron 72 votos en blanco y  36 nulos.
Pasadas las once de la mañana comenzó el cabildo general de elecciones, tras la celebración del cabildo general ordinario de cuentas que se inició a las nueve de la mañana, algo ya tradicional casa segundo domingo de noviembre.
Hasta cinco mesas electorales se distribuyeron a favor de los hermanos con derecho al voto, más de 9000, para poder ejercer su participación de una forma fluida, aunque en muchas horas del día hubo grandes colas de cofrades macarenos para poder votar. Fue en el salón de la casa de hermandad donde se desarrolló el voto presencial.
Pasadas las doce de la noche se hicieron oficiales los resultados en la basílica de la Macarena donde aguardaban decenas de hermanos que llenaron el Templo que custodia a la Rosa mas hermosa que tiene Sevilla.
Vetusta felicita a la junta ganadora, amen desearle grandes aciertos en la realización de sus empresas.

jueves, 7 de noviembre de 2013

BOCANADAS DE AIRE FRESCO

EL PAPA FRANCISCO DIJO: "Piensen en una madre soltera que va a la Iglesia o a la parroquia, y le dice al secretario: QUIERO BAUTIZAR A MI HIJO. Y el que la atiende le dice: No, no se puede, porque Ud. no se ha casado... Tengamos en cuenta que esta madre tuvo el valor para continuar con un embarazo, y ¿con qué se encuentra? ¡Con una puerta cerrada! Y así, si seguimos este camino y con esta actitud, no estamos haciendo bien a la gente, al Pueblo de Dios. Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral! QUIEN SE ACERCA A LA IGLESIA DEBE ENCONTRAR PUERTAS ABIERTAS Y NO FISCALES DE LA FE". El papa Francisco acaba de decir: "Necesitamos santos sin velo, sin sotana. Necesitamos santos de jeans y zapatillas. Necesitamos santos que vayan al cine, escuchen música y paseen con sus amigos. Necesitamos santos que coloquen a Dios en primer lugar y que sobresalgan en la Universidad. Necesitamos santos que busquen tiempo para rezar cada día y que sepan enamorarse en la pureza y castidad, o que consagren su castidad. Necesitamos santos modernos, santos del siglo XXI con una espiritualidad insertada en nuestro tiempo. Necesitamos santos comprometidos con los pobres y los necesarios cambios sociales. Necesitamos santos que vivan en el mundo, se santifiquen en el mundo y que no tengan miedo de vivir en el mundo. Necesitamos santos que tomen Coca Cola y coman hot-dogs, que sean internautas, que escuchen iPod. Necesitamos santos que amen la Eucaristía y que no tengan vergüenza de tomar una cerveza o comer pizza el fin de semana con los amigos. Necesitamos santos a los que les guste el cine, el teatro, la música, la danza, el deporte. Necesitamos santos sociables, abiertos, normales, amigos, alegres, compañeros. Necesitamos santos que estén en el mundo y que sepan saborear las cosas puras y buenas del mundo, pero sin ser mundanos". Esos tenemos que ser nosotros!!!

martes, 5 de noviembre de 2013

EL DÍA 5 DE NOVIEMBRE, SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ Y SU ESPÍRITU FRANCISCANO



El espíritu franciscano en sor Ángela de la Cruz no surge como un complemento accidental y gracioso, sino que pertenece al núcleo de actitudes conscientemente escogidas por la fundadora. Ella formula referencias explícitas a «mi padre San Francisco» al reseñar que las virtudes «que deben brillar más en mí, son la pobreza, el desprendimiento de todo lo terreno y la santa humildad»; al programar el instituto decide que sus monjas «serán hijas de San Francisco de Asís, hermanas terceras, y los domingos y días de fiesta, en vez de rezar el rosario, rezarán la corona [franciscana]»; al explicar las tareas de las Hermanas advierte que «los medios no serán otros que los que nuestro padre San Francisco tuvo, que lo hizo todo con la limosna». Por el testimonio de las primeras Hermanas conocemos el episodio del sermón oído por sor Ángela en alabanza de San Francisco: le entraron deseos fervorosos de desprenderse de todo y «pisar la tierra sin pisarla». El hábito de las Hermanas y sus costumbres, novenas, misas, proponen permanentemente la cercanía del Santo de Asís hasta la misma partida de este mundo: «Si a última hora [alguna Hermana] pide morir como su padre San Francisco, se le concederá morir en la tarimita».

Esta identificación de sor Ángela con el espíritu franciscano nace más de actitudes existenciales que de fundamentos ideológicos. A pesar de ricas expresiones acerca de la mediación de Cristo, de la soberana presencia de Dios, de la inmersión personal en la vida de Cristo, sería desorbitado establecer en las paginas de sor Ángela alguna vinculación con las sentencias teológicas de la escuela franciscana sobre la prioridad de Jesucristo en los motivos de la encarnación. Pienso que todas las frases de sor Ángela admiten la normal conexión con la ideología ignaciana, tomista en este punto.

Sin embargo, sor Ángela, por su origen familiar, por su ubicación popular y por sus disposiciones naturales, se halla abierta a conexiones con el horizonte franciscano. Las explosiones amorosas para con Dios y con los hombres más desamparados, la atmósfera de alegría en el desprendimiento, el fiero apego a la pobreza, le colocan entre los discípulos fervorosos del Santo de Asís. Y surgen lances deliciosos de su biografía que constituyen como un capítulo reciente de las Florecillas: se olvida de comer el día de la fundación; convierte los piojos -único terror de sor Ángela- en «perlas de nuestro padre San Francisco»; un pichón «providencial» proporciona caldo para la hermanita enferma; traen los pies secos en día de lluvia torrencial; hermanita Ana consigue la suspirada casa de calle Lerena y cumple las exhortaciones sobre el desprecio del mundo al pie de la letra; sor Ángela remedia la falta de dinero para el pago del pan...

La fundadora introduce prácticas de sabor franciscano en el tenor de vida de las Hermanas: besar la mano a las enfermas, y a los enfermos los pies, viendo en ellos la imagen de Cristo; postraciones para ponerse en presencia de Dios al comenzar la oración; uso habitual de las esteras, que ya sirvieron de cama al grupo inicial en calle San Luis; petición de limosna de puerta en puerta, modo «más gustoso» para San Francisco; utilización común de los libros; dedicación de las flores a la Virgen, escribiendo incluso el nombre de María en las macetas; celebración jubilosa de la fiesta de Navidad con «juegos» y procesiones en torno al Niño y sus pesebres.

En el meollo de estas prácticas laten los fervores «exagerados» de la zapaterita enamorada de Jesús y dispuesta a inventar locuras de cariño. Quiere que la comida no le sepa a nada, y a escondidas le neutraliza el sabor con un poquito de ceniza; considera «basura» el oro, igual que Francisco llamó basuras a la riqueza; y lo mismo que el pobre de Asís suplicaba a fray León que le pasara por encima diciéndole «miserable pecador», sor Ángela siente deseos «de aparecer a los ojos de todo el mundo como una miserable pecadora y como una mujer perdida...».

Este matiz tan franciscano del íntimo y poético desprecio de sí mismo halla en la imaginación sevillana de sor Ángela refuerzos que hubieran entusiasmado al «pobrecito» de Asís. Ella escribe de sí: «¿No os mueve a compasión la pobrecita Ángela, tan sucia, tan fea y tan haraposa?» «He recibido de mi amado Dueño un gran conocimiento de mi nada. Sí, este conocimiento, que en la presencia de Dios me encuentro tan desnuda de todo, gracias a Dios que lo es todo y yo la nada» «Quería más bajar, más pobreza, más humillación». «Me ha tocado un borrico que no me ayuda..., parece que el borrico desmaya y no quiere andar». Imagina la alegría del mendigo tontico que alcanza favor del rey. Inventa la deliciosa parábola de la «negrita» despreciable, enamorada de Señor tan hermoso, gimiente con suspiros que traen perfume del Cantar de los Cantares. Y concibe una de las situaciones más sorprendentes de la historia de la espiritualidad contemporánea al proponer, en serio y repetidas veces, a su padre espiritual la huida secreta para ocupar una plaza de «mujer arrepentida». Decididamente, Francisco de Asís le hubiera mirado con buenos ojos. Sor Ángela está autorizada por la trayectoria anterior para escribir el epitafio místico de su testamento: No ser, no querer ser...

En documentos posteriores a los papeles recogidos en este volumen, sor Ángela aplica constantemente a la existencia de las Hermanas de la Cruz la tónica franciscana de su espiritualidad: «Estamos de feria», les dice repetidamente aludiendo a los jolgorios de las ferias primaverales andaluzas, que constituyen un prodigio de luz y de color. Las Hermanas de la Cruz «están de feria» cuando les aplasta el trabajo, cuando asisten a coléricos, cuando les falta el alimento del día o ropas con que mudarse: «Siento mucho los males que han sufrido en los días de más tarea y las privaciones que por las circunstancias actuales tienen que experimentar; pero al mismo tiempo me alegro de la poquita de feria que ha habido para el espíritu» (Carta a Arjona, 2 noviembre 1895); «Estas son nuestras ferias y debemos dar muchas gracias a Dios» (Carta a Villafranca, 17 diciembre 1895); «... todos los pobres de Utrera, que los están socorriendo [...]; están de feria, las pobrecillas. Pero no apurarse, que en todas las casas vamos a estar de feria si correspondemos a nuestro Dios» (Carta a Ayamonte, 22 agosto 1885).