|
Ntra. Sra. de la Victoria Coronada, Huelva
Autor: D. Luis Álvarez Duarte
Foto: E. Jesús Díaz Pérez
|
Cuando lean este entrada le pediría que hicieran una
cura de humildad, para que así nadie se sienta ofendido cuando terminen de examinarla.
Este pasado sábado, he estado en Huelva en la Coronación
Canónica de Ntra. Sra. de la Victoria del barrio del populoso y humilde del
Polvorín. He podido ver como un pueblo se vuelca otra vez con sus tradiciones,
con sus raíces, con la herencia que les dejaron sus mayores, porque otra vez
volví a cangrejear en volandas por la
cantidad tan exagerada de público y fieles que acompañaban a la que llamaban
los onubenses la Reina de Huelva.
No faltaron las lluvias de pétalos, un largo repertorio
de sevillanas dedicadas a la Madre Coronada, que este que escribe pudo oír más
de diez, colgaduras en los balcones en todo el recorrido, guirnaldas,
banderitas y farolillos de colores, y todo eso en su recorrido por los barrios
que iba pasando para llegar al suyo propio. Los vítores se multiplicaban por
todos los rincones de su Itinerario.
He narrado muy brevemente algunos de los detalles de
la procesión triunfal y de gloria tras
su coronación camino de su barrio que ha sido el artífice de dicho acto. Pues lo he descrito para que de alguna manera
podemos ver el camino no de rosas pero si de espinas que tenemos que recorrer
en nuestra tierra urcitana para llegar a esos momentos mínimos de religiosidad
popular. Digo esto porque todavía por
desgracia no ha habido muestras de arraigo en nuestras salidas extraordinarias.
Algunas veces nos conformamos con ver alguien en las aceras y decimos que había
público, pero es una manera de conformismo, también cuando buscamos la finalización
de las Eucaristías a su paso por los templos, etc., etc., etc… y un largo sin fin de buscar esos datos
positivos que no existieron en la realidad pero que nos conformamos a la hora
de hacer la crónica de la salida extraordinaria. La verdad sea dicha, ninguna
de las extraordinarias ha funcionado y no nombro a ninguna, aunque cuando
terminen de leer este post no tendréis la humildad necesaria para hacer una
perfecta refutación para llegar a una verdadera mayéutica. Y todo porque queremos ir más allá de la realidad que circunda nuestra sociedad
almeriense, me hace gracias cuando ya son un fracasos rotundo esas salidas
extraordinarias y nos conformamos con decir que la Virgen sale a la calle para
el disfrute de sus cofrades, pero señores, si por desgracia no van ni los
cofrades, si yo he visto extraordinarias con seis hermanos con cirio y otra
iban formando el cortejo con cirio la familia de los orfebres, bordadores, etc…
por que los hermanos no respondieron.
¡Ojo!, que no culpo las juntas de gobierno las pobres ya tiene lo suyo
con tirar del carro, sino que a la hora de organizar un acto primero seamos
realistas con la propia realidad que nos circunda y luego trabajemos con lo que
tenemos para en un futuro próximo podamos vivir esa otra realidad que ahora
anhelamos. Pero todo esto sin prisa pero tampoco sin pausa, como dice uno de
mis pupilos cuando no se sabe la lección, “Zamora no se conquistó en una hora”.
Como último dato hablo de las salidas
extraordinarias celebradas hasta 2010, de ahí en adelante no opino porque no estuve
presente, aunque si tuve diversas narraciones, pero de esas crónicas no me fio,
ya que el amor a la cofradía, el compadreo así como el rebotamiento a la misma,
están presentes en la narración.