viernes, 11 de octubre de 2013

CUÁNDO NOS FALTE LA SEMANA SANTA, VOLVAMOS LA MIRADA HACIA ELLA



Ntra. Sra. del Mar Coronada, Patrona de Almería
Real Convento de
Sto. Domingo O.P. Almería
Fotografía: Javier Barranco Casimiro
 

Ahora que la semana santa se pierde en debates sin sentido, en senderos borgesianos que se bifurcan de una forma estéril y ab­surda, en el frikismo que la convierte en una afición como otra cualquiera para llenar las tardes ociosas, los fines de semana va­cíos, días enteros en las que no hay nada mejor que hacer que entretenerse en asuntos sin importancia. Ahora que la Semana Santa corre el peligro que late en su interior, porque los enemi­gos no están fuera, sino en el hueco de la carcasa que ven los que no entienden la grandeza que late en su alma. Ahora que hace falta un aldabonazo claro y sereno, 
auténtico y sin estridencias,
Ahora que la Semana Santa está cayendo en ese territorio res­baladizo del cotilleo y la afición, del mal gusto y la vulgaridad, del vacío revestido por el oropel de la novelería, es justo y necesario que volvamos a las raíces. A la matriz. A la madre de esta solera que el sol alumbra cada tarde del último tercio de agosto. A la autenticidad despojada de bordados y policromía, a esa sombra maternal que nos protege de las calores de la vida, y que sólo brilla en el reflejo sutil de la carita del Niño para no dejar por embusteros a rancios pregoneros. Ahí, en esa sombra  de la tarde, está el aroma en blanco y verde claro de los nardos que apuntan al cielo. Ahí, en esa sencillez sin mácula, está el cimiento transparente que le da sentido al bordado y a la marcha, al prioste y al horquillero, al contraguía y al cronista. Ahí, en ese cuadro que pintores digitales que ha plasmado con el instante que perseguían los impresionistas, está la verdad desnuda de la ciu­dad y de su Semana Santa.

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