domingo, 10 de julio de 2011

TEORÍA TRINITARIA DE ATANASIO DE ALEJAMDRÍA

«El hombre unido a una criatura, es decir, si el Hijo no hubiera sido verdadero Dios, no hubiera podido ser divinizado, y el hombre no hubiera podido estar en presencia del Padre si el que se había revestido de su cuerpo no era por naturaleza el Verbo verdadero del Padre» (Atanasio, Contra Arianos II, 66-67 (285-291).

«Son uno en la peculiaridad y propiedad de su naturaleza y en la identidad de la misma divinidad» (Contra Arianos III, 3-4: (328-329).

«Hay una sola forma de la divinidad que también está en el Logos. Uno sólo es Dios Padre […] que también se hace presente en el Hijo […] y que está también en el Pneuma, pues en todas las cosas obra mediante el Logos en él (el Espíritu). Así confesamos que Dios es uno solo en la Trinidad» (Atanasio, Contra Arianos III, 15 (353).

«Hallamos que en las Escrituras también del Padre se dice «por quien», del Hijo «de quien» y lo mismo sobre el Espíritu. Sobre el Padre el Apóstol dice: «Fiel es Dios, por quien sois llamados a vivir en comunión con su Hijo» (1 Cor 1, 9). También: «Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios» (1 Cor 4, 1). Y de nuevo: «Y puesto que ya no eres siervo, sino hijo, y si eres hijo, heredero por Dios» (Gal 4, 7) […] Del Hijo de la profecía de Isaías, Pablo dice: «De él, por él y para él son todas las cosas» (Rom 11, 36). Si el herético contradice y afirma que sobre Dios Padre ha sido dicha la expresión «por quien», concederá también conveniente la misma dignidad al Hijo. Así dice el Apóstol a los Efesios: «Veraces en el amor crezcamos hacia aquel en todo, de quien todo el cuerpo recibe cohesión» (Ef 4, 15-16). A los Colosenses, a aquellos que no tenían el conocimiento del Unigénito les fue revelado: «el amo, a la cabeza» es decir a Cristo, «de quien todo el cuerpo por nexos y conjunciones, etc.» Y: «de su plenitud todos hemos recibido» (Jn 1, 16). […] Sobre el Espíritu: «el que siembra en el Espíritu, recibirá del Espíritu la vida eterna» (Gn 6, 8). Y Juan dice: «En esto conocemos que Dios está en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu» (1 Jn  4, 13). Y el ángel dice: «lo engendrado en ella es del Espíritu Santo» (Mt 1, 20). El Señor dice: «lo que ha nacido del Espíritu es Espíritu (Jn 3, 6) […]» (Testimonia e Scriptura 11, 22).

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