Medio milenio, quinientos años han pasado desde que en la collación de San Vicente Mártir una mujer reuniera a un grupo de devotos feligreses y les exhortara a la adoración al Santísimo Sacramento del Altar y les guiara para fundar la que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que es la primera Hermandad Sacramental de Sevilla. Todo empezó en 1511, la mujer no es otra que Doña Teresa Enríquez de Alvarado, que supo prender la llama del amor a Jesús Sacramentado y la Sacramental de San Vicente comenzó su andadura, llegando a nuestros días unida a un grupo de Hermandades de Gloria y Penitencia que actualmente todos conocemos como "La Archicofradía Sacramental de Las Siete Palabras". Sacramental, Gloria y Penitencia, todo se unió para dar lugar a la actual corporación, tres pilares a cual mejor, a cual más importante, AMOR al Santísimo, GLORIA a la Virgen de la Cabeza y a la Virgen del Rosario y PENITENCIA y dolor por el Stmo. Crucificado de las Siete Palabras y su Madre la Virgen de los Remedios. Quinientos años en que la corporación se ha ido enriqueciendo en devociones y también en patrimonio, que todos hemos podido admirar, en parte, en la magnífica exposición que en el Círculo Mercantil se ha desarrollado en los días previos a esta Cuaresma, con el título de "Siete Palabras: historia y devoción".
Las Siete Palabras es una Hermandad que ya en 1595 procesionaba con tres pasos y lo hacia el Miércoles Santo, manteniendo este día de salida desde hace más de 400 años. Aunque siempre se ha hablado de un paso y posteriormente de tres, hay que decir con propiedad, que primero fueron tres, luego uno y ahora vuelven a ser tres. Una Hermandad que ya en esa época no sólo procesionaba por los aledaños del Convento del Carmen, sino que hacia Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, 9 años antes de que fuera obligatorio por el famoso Decreto del Cardenal Fernando Niño de Guevara en 1604, obligatoriedad que posteriormente dio lugar a lo que hoy llamamos Carrera Oficial.
Este pilar de Penitencia corresponde a la Hermandad de los "Sagrados Clavos de Nuestro Señor Jesucristo, Virgen Santísima de los Remedios y San Juan Evangelista", que en el año referido de 1595 aprueba nuevas Reglas y en su Capítulo 6o, define claramente la túnica que deben vestir sus nazarenos y que actualmente es la que viste todo el cuerpo de nazarenos de la Cofradía, por lo que éstos visten la túnica más antigua de Sevilla, documentada. Las túnicas blancas con el escapulario carmesí, hace mas de 400 años ya recorrían las calles de Sevilla, acompañando a tres pasos, uno alegórico de los Sagrados Clavos, un segundo con un Cristo Crucificado, que me atrevo a decir que es el que actualmente está cedido a la Iglesia de San Pedro en Cartaya y que procesionó hasta 1880 como Stmo. Cristo de las Siete Palabras y un tercero con una Virgen vestida de negro, como decían dichas Reglas.
Una túnica que con el paso del tiempo se pierde y la Cofradía cuando se reanima a mediados del Siglo XIX, decide cambiar por túnicas negras, como casi todas las Cofradías de la época. No obstante y por la intervención de quién podemos considerar como el mejor Hermano Mayor de esta Hermandad y me estoy refiriendo al insigne cofrade sevillano, D. José Bermejo y Carballo, autor del famosísimo libro de "Glorias Religiosas de Sevilla", siendo Hermano Mayor de las Siete Palabras y con no pocas dificultades, el 16 de Diciembre de 1866 y tras un Cabildo General, en el que consigue sacar adelante la propuesta de recuperar las túnicas del Siglo XVI. Y las túnicas de blanco y carmesí vuelven a recorrer las calles de Sevilla en la Semana Santa de 1867, recuperándose uno de nuestros signos de identidad más significativos. La Cofradía recupera las túnicas, pero pierde dos pasos el alegórico y el de la Virgen, quedándo solo el actual del Calvario siendo uno de los mas clásico de la semana Santa de Sevilla.
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