jueves, 7 de julio de 2011

QUINIENTOS AÑOS DE SIETE PALABRAS

Medio milenio, quinientos años han pa­sado desde que en la collación de San Vicente Mártir una mujer reuniera a un grupo de de­votos feligreses y les exhortara a la adoración al Santísimo Sacramento del Altar y les guiara para fundar la que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que es la primera Herman­dad Sacramental de Sevilla. Todo empezó en 1511, la mujer no es otra que Doña Teresa Enríquez de Alvarado, que supo prender la llama del amor a Jesús Sacramentado y la Sacra­mental de San Vicente comenzó su andadu­ra, llegando a nuestros días unida a un grupo de Hermandades de Gloria y Penitencia que actualmente todos conocemos como "La Archicofradía Sacramental de Las Siete Palabras". Sacra­mental, Gloria y Penitencia, todo se unió para dar lugar a la actual corporación, tres pilares a cual mejor, a cual más importante, AMOR al Santísimo, GLORIA a la Virgen de la Cabeza y a la Virgen del Rosario y PE­NITENCIA y dolor por el Stmo. Crucificado de las Siete Palabras y su Madre la Virgen de los Remedios. Quinientos años en que la corporación se ha ido enri­queciendo en devociones y también en patrimonio, que todos hemos podido admi­rar, en parte, en la magnífica exposición que en el Círculo Mercantil se ha desarrollado en los días previos a esta Cuaresma, con el tí­tulo de "Siete Palabras: historia y devoción".
      Las Siete Palabras es una Hermandad que ya en 1595 procesionaba con tres pasos y lo hacia el Miércoles Santo, manteniendo este día de salida desde hace más de 400 años. Aunque siempre se ha hablado de un paso y posteriormente de tres, hay que decir con propiedad, que primero fueron tres, luego uno y ahora vuelven a ser tres. Una Herman­dad que ya en esa época no sólo procesio­naba por los aledaños del Convento del Car­men, sino que hacia Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral, 9 años antes de que fuera obligatorio por el famoso Decreto del Cardenal Fernando Niño de Guevara en 1604, obligatoriedad que posteriormente dio lugar a lo que hoy llamamos Carrera Oficial.
      Este pilar de Penitencia corresponde a la Hermandad de los "Sagrados Clavos de Nues­tro Señor Jesucristo, Virgen Santísima de los Remedios y San Juan Evangelista", que en el año referido de 1595 aprueba nuevas Re­glas y en su Capítulo 6o, define claramente la túnica que deben vestir sus nazarenos y que actualmente es la que viste todo el cuerpo de nazarenos de la Cofradía, por lo que éstos vis­ten la túnica más antigua de Sevilla, documen­tada. Las túnicas blancas con el escapulario carmesí, hace mas de 400 años ya recorrían las calles de Sevilla, acompañando a tres pasos, uno alegórico de los Sagrados Clavos, un se­gundo con un Cristo Crucifi­cado, que me atrevo a decir que es el que actualmente está cedido a la Iglesia de San Pedro en Cartaya y que procesionó hasta 1880 como Stmo. Cristo de las Siete Pa­labras y un tercero con una Virgen vestida de negro, como decían dichas Reglas.
      Una túnica que con el paso del tiempo se pier­de y la Cofradía cuando se reanima a mediados del Siglo XIX, decide cambiar por túnicas negras, como casi todas las Cofradías de la época. No obstante y por la intervención de quién podemos considerar como el mejor Hermano Mayor de esta Her­mandad y me estoy refiriendo al insigne cofra­de sevillano, D. José Bermejo y Carballo, autor del famosísimo libro de "Glorias Religiosas de Sevilla", siendo Hermano Mayor de las Siete Palabras y con no pocas dificultades, el 16 de Diciembre de 1866 y tras un Cabildo Ge­neral, en el que consigue sacar adelante la propuesta de recuperar las túnicas del Siglo XVI. Y las túnicas de blanco y carmesí vuelven a recorrer las calles de Sevilla en la Semana Santa de 1867, recuperándose uno de nues­tros signos de identidad más significativos. La Cofradía recupera las túnicas, pero pierde dos pasos el alegórico y el de la Virgen, quedándo solo el actual del Calvario siendo uno de los  mas clásico de la semana Santa de Sevilla.




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