domingo, 3 de julio de 2011

LA VISIÓN TRINITARIA EN LA EDAD MEDIA

• CONCILIO IV LATERANENSE (1215)

«Creemos firmemente y afirmamos simplemente que hay solo un Dios verdadero, eterno e inmenso, todopoderoso, inmutable, incomprensible e inefable, Padre, Hijo y Espíritu Santo: tres personas ciertamente, pero una sola esencia, sustancia o naturaleza absolutamente simple. El Padre no proviene de nadie; el Hijo proviene sólo del Padre; El Espíritu Santo proviene juntamente de los dos: sin comienzo siempre, y sin fin, el Padre que engendra, el Hijo que nace y el Espíritu Santo que procede. Son consustanciales, iguales entre sí, igualmente omnipotentes y coeternos, único principio de todas las cosas»

• CONCILIO II DE LYÓN (1274)

«Confesamos con sinceridad y devoción que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no como de dos principios, sino como de un solo principio, no por dos espiraciones, sino por una misma espiración […] condenamos y reprobamos con aprobación del Santo Concilio, a quienes se atrevieren a negar que el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo; o a quienes temerariamente afirmen que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo como de dos principios y no como de un solo principio» (D 850)

• CONCILIO DE FERRARA-FLORENCIA (1438)

«[…] Definimos con aprobación de este santo concilio de Florencia, para que todos los cris-tianos crean y reciban y profesen esta verdad de fe: que el Espíritu Santo procede eternamente de uno y de otro como de un solo principio y una sola espiración. En cuanto a lo que dicen los Santos Doctores y Padres: que el Espíritu Santo procede del Padre por el Hijo (per Filium), declaramos que este modo de hablar pretende hacer comprender que el Hijo es también, lo mismo que el Padre, causa o principio […]»

No hay comentarios:

Publicar un comentario