viernes, 4 de marzo de 2011

JESUS CAUTIVO, TODA UNA DEVOCIÓN EN ESPAÑA

Besapiles a Jesús Cautivo de Medinaceli, Almería
Foto: Emilio Jesús Díaz Pérez
Si los lunes son de San Nicolás de Bari, los miércoles de San Judas Tadeo, los viernes son del Señor Cautivo de Medinaceli, cuya devoción expandieron los trinitarios. Atrás ha quedado la melena natural que lucía en San Sebastián, y la corona de espinas de metal, para el mas fervoroso de nuestras devociones. Haciéndolo más humano si cabe para nuestra devociones cofrades.

Así cada primer viernes de marzo, el pueblo de Almería, sabio y defensor de sus devociones se dirige hacia los rancios muros de su Catedral-Fortaleza, para recrearse en el morado de la historia, que le ofrece la primera cita del mes de marzo ante el Señor de Almería, que es el Señor de la Verdad, es el Logos que nos habla S. Juan en su Evangelio. El Cautivo que saliera de las manos de Dubé de Luque, escoltado por los miembros de la hermandad, y las estucadas paredes del Sagrario Catedral, acariciado con morados lirios y gárgolas de cera que escupen la luz de un tiempo nuevo. Solo sabe escuchar los ruegos de miles y miles de personas, que al igual que las mujeres de Jerusalem, piden al Señor la liberación de las cadenas de nuestro tiempo. Pero como de costumbre, las acciones de gracias pocas, los hombres somos así, nos tiramos por el suelo cuando necesitamos algo y luego si lo sé no me acuerdo, sino, meditemos las negaciones de S. Pedro.

El Señor de Almería que representa una veleta, ya sabes, la que en marzo ni dos horas esta quieta, asienta, asienta con su mirada una de las pocas verdades de Almería. No está en los libros. No la saben los teólogos. No la entienden ni los fuertes ni los poderosos. Ni gobiernos civiles, ni religiosos. Porque es el Dios que da la vida el que se vale del Amor ferviente de un pueblo que ama al Carpintero Hijo de María.

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