jueves, 10 de marzo de 2011

ZAPATERO COPIA A FRANCO EN SUS LEYES

La idea de reducir el límite de velocidad, con el objetivo de ahorrar combustible y minimizar los gastos del Estado, no es nueva ni original de Zapatero. Si leemos bien la historia, podremos ver que fue sino de Franco: «Parece oportuno -podía leerse en el decreto del 5 de abril de 1974- limitar la velocidad de los vehículos bajo el signo de la escasez de energía» y atendiendo «a la situación actual en orden a la economía de carburantes».

Al Caudillo le quedaba algo más de un año de vida y la dictadura experimentaba cierta apertura y crecimiento industrial, pero la primera crisis del petróleo -provocada por la negativa de los países productores a vender crudo a Estados Unidos y sus aliados europeos- había comenzado a causar estragos en Occidente. La mayoría de los países se ponían manos a la obra para frenar su dependencia exterior de carburantes y España no fue una excepción: Nixon vio como oficinas cerraban y fábricas reducían su producción; Franco, como Zapatero 37 años después, optaba por limitar la velocidad, pero a 130 km/h. Y aunque nunca se alegaron fines recaudatorios, ojo, porque la infracción se sancionaba con multas desde 250 a 5.000 pesetas.

Los españoles circularon a 130 km/h hasta 1976, un año en el que el mundo volvía a sufrir graves problemas energéticos y el precio del barril de petróleo alcanzaba los 93 dólares. El Gobierno de Arias Navarro reducía entonces el límite hasta 100 km/h, el más bajo de la historia de España. Y el argumento, el mismo: «Con esta medida se pretende, como se sabe, un ahorro en el consumo de carburante».

Así de «despacito» fuimos los españoles hasta 1981, cuando el Gobierno de Calvo Sotelo vio superada la segunda crisis del petróleo -causada por la Guerra Irán-Irak y la revolución iraní- y constató la bajada generalizada de los precios por parte de los países productores. El límite, entonces: 120 km/h, el mismo que se ha mantenido a lo largo de tres décadas y dos presidentes (Felipe González y José María Aznar), a pesar de otras crisis y subidas en los precios del combustible.

Pero, como advertía el diario monárquico ABC recomendaba a los conductores en 1974: «La medida será eficaz y real si al mismo tiempo que sin sobrepasar el límite fijado de velocidad se efectúa una conducción cuidadosa, aprovechando al máximo la elasticidad del motor, sin llegar en ningún momento a forzar sus órganos mecánicos». La diputada de UPyD, Rosa Diez, ironizó, sin embargo, con otras soluciones: «¿Y por qué no bajamos a 90 km/h y ahorramos más, o directamente vamos en burro y cerramos las gasolineras?».

No hay comentarios:

Publicar un comentario