miércoles, 2 de marzo de 2011

2 DE MARZO, SE NOS FUE PARA QUEDARSE

Primera fotografía de estudio de Sta. Ángela
No sé si un santo in vitan puede ser llamado a la morada del padre, ya que si es santo en vida ya está gozando de la Gracia de Dios. Pero lo que sé es que Madre Angelita nos dejó físicamente a las tres menos veinte de la madrugada del dos de marzo de 1932, con las manos llenas de amor, pero vacías de entregar a los demás su vida hecha dulzura, milagro cotidiano de luz. Ella en leve movimiento alzó el busto, levantó los brazos hacia el cielo, abrió los ojos, esbozó una dulce sonrisa, suspiró tres veces y se apagó para siempre. Tal como deben de morir los verdaderos santos, que son Hijos de Dios.

Recordar a Sta. Ángela de la Cruz es siempre motivo de alegría, aunque sea en el aniversario de su muerte, ya que es recordar a una amiga que sabes que siempre está ahí, con nosotros, ayudándonos a estar siempre al lado de Jesús. La iglesia nos pone siempre a hombres de carne y hueso como ejemplo de una vida de imitación a Jesús, para decirnos que si no lo proponemos, podemos llegar a conseguirlo. Pero el caso de Sta. Ángela es totalmente diferente, ella es especial, te escucha cada vez que nos acercamos a contarle algún problema, nos habla, nos consuela y nos hace ver, que no es todo problema en nuestra vida, sino que son designios de Dios. De pequeño me enseñaron que para ganar debemos perder y eso es lo que nos ha pasado, a los amigos de Sta. Ángela, que la perdieron algunos pocos humanamente, para tenerla consigo toda una humanidad. Gracias Sta. Ángela por mostrarnos los grandes tesoros de Dios.

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