Detalle de la hdad. de la Sta, Cena de Sevilla Foto: E. Jesús Díaz Pérez |
Siguiendo en el mes de la Eucaristia por excelencia vamos a recordar brevemente la que es sin duda una de las mejores realizaciones de la trayectoria
artística de Sebastian Santos Rojas. Obra de la que siempre se sentiría satisfecho. La cabeza del Cristo
fue tallada con tanto esmero por el escultor que llegó a terminar
exhaustivamente la madera, al extremo de olvidarse de la policromía. Gustó
tanto el resultado que no aplicó en el rostro y manos la preparación de yeso
por entender, acertadamente, que la talla corría el riesgo de desmerecerse. La
expresión en su conjunto es de una gran espiritualidad y divina presencia. Los
ojos se elevan al cielo en el momento de instituir la Eucaristía. El dibujo y
proporciones de la nariz son muy características del escultor y le dan poderosa
virilidad. La boca está tratada con gran realismo. La barba minuciosamente
tallada contrasta con el resto del cabello, más suelto y simplificado dejando
ver las orejas, parte anatómica que estudiaba y gustaba de terminar con todo
detalle.
El cuerpo totalmente tallado, se viste con especie de calzón de suave
volumen que llega hasta la mitad del muslo. Los brazos y manos fueron
proyectados en delicada posición de súplica, muy acorde con el total de la
obra. Posteriormente la Hermandad causa gran disgusto al escultor al modificar
sin autorización de éste la mano que sostiene en la actualidad el cáliz,
encomendando dicha labor a un escultor sevillano. La encarnadura fue aplicada
por Sebastián Santos en la cabeza y manos, previa capa de goma laca; en el
resto de la figura utilizó el yeso. Es de suave tono tostado y se encuentra
entre sus mejores encarnaciones.
Don Pedro Gutiérrez encargó la talla en nombre de la Hermandad el 1 de
Enero de 1955, fijándose la cantidad de 20.000 Ptas. Ap. Doc. n.
27.
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