Retrato de S. Católica Magestad Carlos III |
Rey de Nápoles (1734-59) y de España (1759-88), perteneciente
a la Casa de Borbón (Madrid, 1716-88). Era el tercer hijo de Felipe V, primero
que tuvo con su segunda mujer, Isabel de Farnesio, por lo que fue su
hermanastro Fernando VI, quien sucedió a su padre en el Trono español.
Carlos sirvió a la política familiar como una pieza en la lucha por
recuperar la influencia española en Italia: heredó inicialmente de su madre los
ducados de Parma, Piacenza y Toscana (1731); pero más tarde, al conquistar
Nápoles Felipe V en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-35),
pasó a ser rey de aquel territorio con el nombre de Carlos VII. La muerte sin
descendencia de Fernando VI, sin embargo, hizo recaer en Carlos la Corona de
España, que pasó a ocupar en 1759, dejando el Trono de Nápoles a su tercer
hijo, Fernando IV.
Superado el «motín de Esquilache» (1766), que fue un estallido
tradicionalista instigado por la nobleza y el clero contra los aires
renovadores que traía Carlos III, se extendería un reinado largo y fructífero.
En cuanto a la política exterior, el tercer Pacto de Familia firmado con
Francia en 1761 alineó a España con Francia en su conflicto permanente con Gran
Bretaña. Ello llevó a España a intervenir en la Guerra de los Siete Años
(1756-63) y en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América
(1775-83); como resultado final de ambas, España recuperó Menorca, pero no
Gibraltar (al fracasar el asedio realizado entre 1779 y 1782).
A partir de entonces, las dificultades financieras obligaron a volver a la
política «pacifista» del reinado de Fernando VI, mientras se ensayaban diversas
mejoras en la Hacienda Real, como la emisión de vales reales (primer papel
moneda) o la creación del Banco de San Carlos (primer banco del Estado).
En la línea del despotismo ilustrado propio de su época, Carlos III realizó
importantes reformas -sin quebrar el orden social, político y económico básico-
con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados como Esquilache,
Aranda, Campomanes, Floridablanca, Wall y Grimaldi. Reorganizó el poder local y
las Haciendas municipales, poniéndolos al servicio de la Monarquía.
Puso coto a los poderes de la Iglesia, recortando la jurisdicción de la
Inquisición y limitando -como aconsejaban las doctrinas económicas más
modernas- la adquisición de bienes raíces por las «manos muertas»; en esa pugna
por afirmar la soberanía estatal expulsó de España a los jesuitas en 1767.
Fomentó la colonización de territorios despoblados, especialmente en la zona de
Sierra Morena, donde las «Nuevas Poblaciones» contribuyeron a erradicar el
bandolerismo, facilitando las comunicaciones entre Andalucía y la Meseta.
Reorganizó el ejército, al que dotó de unas ordenanzas (1768) destinadas a perdurar
hasta el siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario