domingo, 10 de junio de 2012

EL CORPUS CRHISTI DE SEVILLA, HAY QUE VIVIRLO


Custodia de la Catedral de Sevilla,
labrada por Arfe entre 1580-1587
fotografía: E Jésús Díaz Pérez 
El pasado 7 junio del presente año miles de sevillanos han asistido a la tradicional procesión del Corpus, también marcada por la crisis, ya que por primera vez en su historia los participantes en la procesión han colaborado con aportaciones a Cáritas, y los asistentes al desfile lo han hecho en mesas petitorias que distribuían las huchas que recaudaban la voluntad de un pueblo que sabe cuando hay que trabajar para ayudar a su hermano necesitado

El importe íntegro de esta colecta extraordinaria se dedicará a Cáritas de Sevilla, la cual, entre 2007 y 2011 ha tenido que incrementar su actividad en un 120 %, según anunciaron el martes los responsables de esta organización eclesiástica, que el año pasado ha dedicado 5.125.017 euros a atender 71.383 demandas de ayuda sólo en la provincia de Sevilla.

Como es tradición en Sevilla, la fiesta del Corpus se nota en las vetustas calles del centro histórico y comercial de la ciudad hispalense desde la víspera, cuando miles de sevillanos y visitantes acuden desde todos los puntos de la geografía capitalina  para observar los altares con los que se engalanan estos rincones, unos montajes barrocos que causan asombro entre los sevillanos observante del  buen gusto, así como de los turistas que visitaron la capital.

El calor, algo menos que ediciones pasadas, el bullicio, algo tan característico de Sevilla, y el olor a la juncia y al romero con el que se señala, en forma de alfombra, parte del recorrido son inherentes a esta celebración, así como las vestimentas de los sevillanos, que suelen acudir al procesión eucarística en grupos familiares vistiendo sus mejores galas.

Referente a la procesión de Sevilla, además de las representación de hermandades e instituciones, participan varios pasos, el primero de los cuales ha sido el de la imagen de Santa Ángela de la Cruz, que se incorporó a la procesión en 2009, ejemplo de amor a la Eucaristía.

Tras el paso de la Madre de los pobres, el de las Patronas de la Ciudad, Santa Justa y Rufina, unas tallas del XVIII que sostienen una reproducción de la Giralda, cuyas campanas voltearon a las ocho en punto de la mañana anunciando la misa previa a la procesión, que salió a la media hora
 Los pasos de San Isidoro, de San Leandro, y de San Fernando, Patrón de la ciudad, de la Inmaculada Concepción, y el del Niño Jesús, del imaginero Martínez Montañés, siguieron formando, por este orden, el recorrido, y tras ellos el de la Santa Espina o Custodia Chica y finalmente la gran Custodia de Arfe, labrada el plata, tras la cual han marchado las autoridades.

La Custodia de Arfe mide algo más de tres metros de altura, tiene unos 300 kilos de plata y fue labrada entre 1580 y 1587.

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