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| Ntra. Sra. de la Paz, Hdad. de la Borriquita P. Espiritu Santo Almería. Foto: E. Vizcaíno |
Esta todo el año a la izquierda de la puerta del Templo, acompañando a su Hijo, es como un presagio que tiene en su corazón, que ese viaje no le iba a resultar muy cómodo, sabía que iba a ser el un periplo misionero sin retorno a su punto de partida. Aunque esto a Ella, nadie se lo había dicho. Pero lo sabía, al igual que sabía que su prima Isabel la necesitaba en los últimos meses de gestación, al igual que no le extrañó dar a luz en un pesebre o que lo adoran gente sencilla pero puros de corazón, así como ver con sus propios ojos como los Reyes de la Tierra se postraban ante su Hijo, cuando apenas no había cumplido el primer bienio. O que el viejo Simeón profetizara esa Espada que algún día le atravesaría el Alma. Nada de todo esto, no lo extrañaba. Porque Ella desde el momento que dijo ese SI, que trasformó toda la Humanidad, siempre ha estado guiada por el Espíritu Santo. Convirtiéndose en su fiel Esposa, siempre a su servicio. Y cuando alguien se estrega desinteresadamente al Espíritu Santo, las cosas las ve venir, no como profetización, sino todo lo contrario, desde el amor, y esto le hará que pueda trabajar con más comodidad y así ver a larga distancia, como ese proyecto va dando sus frutos.
Y María Reina y Señora de la Paz y Esposa del Espíritu Santo, no veía las cosas venir por clarividencia, sino desde el Amor desinteresado que puso a disposición de Dios para ser ingenio de la Obra Salvadora de Dios ante los hombres. No confundamos en poner amor a un servicio, sino que el origen de ese servicio brote del AMOR.
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