 |
| Basílica Esperanza Macarena, visitas de vísperas Fotografía: E. Jesús Díaz Pérez, Sevilla |
Hoy ha terminado las clases, atrás a quedado un trimestre cargado de estudio y de arduo trabajo. Mañana, aunque es lectivo, no asistirá al colegio, se ha despedido de sus amigos, aunque algunos los vera en los días venideros, al llegar a casa y tras un merecido descanso ha llamado a su amigo para ir por el centro de la ciudad, para disfrutar de los pasos montados en las capillas. Pero antes de partir vuelve a observar la túnica de nazareno de su hermandad que aguarda en el armario de su alcoba.
Meriendan un bollo de chocolate y con los labios embetunados por el cacao, se disponen a penetrar en ese casco antiguo donde se encuentran las vetustas murallas de la renacentista Catedral de la Encarnación, que serán lienzo para las futuras escenas de la Pasión. Ellos, visitaran esos templos que están en la médula de la medina que tan solo examinan en estos días vísperas.
Ellos quedan admirados por el volumen de los pasos, de los altares de insignias, del gentío masivo que discurren por las iglesias, pareciéndose estas a una estación de metro en las horas puntas, algunos templos, tiene ceremonias litúrgicas de la Eucaristía o de la penitencia, así como los últimos septenarios, quinarios o triduos de la semana antes de los días santos.
Nuestros amigos disfrutan de la tarde primaveral, del aroma azahar, observan los escaparates de las pastelerías adornados con los nazarenos de caramelo o de chocolate, de la decoración cartelográfica que invaden las lunas de las puertas de los centenarios comercios, así como alguna que otra maqueta simulando a inferior escala, una hipotética estación de penitencia. Estos benjamines es la primera vez en su vida que están disfrutando de esta adelantada primera tarde de vacaciones de semana santa, sin sus padres. Ellos no tienen todavía la conciencia de que ya han empezado a escribir su primer capítulo de vivencias cofrades y que en futuro intentará hacerlas presentes en algunas de esas tertulias inesperadas que se forman en alguna plaza o calle de nuestra mediterranea ciudad, teniendo un palio de estrellas como testigo de esas conversaciones. Ellos tan solo piensan que ya mañana es Viernes de Dolores, y que eso significa que están en la simulada Puerta del Sol de la Semana Santa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario