Paso del Sto. Sepulcro de Cordoba una joya de Andalucía |
El
pasado 14 de septiembre, la ciudad de Córdoba, volvió a vivir por una tarde,
esos años de esplendor del califato de Abderramán III, cuándo Córdoba era el
centro cultural de occidente, así como la capital del Al-Andalus.
Como he
dicho anteriormente, Córdoba revivió aquellos años, porque volvió a ser centro,
pero no de la cultura islámica, sino de la Cristiandad. Ya que se pudo vivir el
Año de la Fe por todo lo alto, gracias a la celebración del Vía-Crucis Magno
que se celebró en la tarde-noche en la ciudad de los Califas.
La
Mezquita Catedral, fue el lugar señalado, así como el central de tan magno
evento. Todo se centralizó en esas calles y plazas en las que Averroes o Avicena,
paseaban sus enseñanzas, así como su sabiduría. Pues bien, esos enclaves se convirtieron
en oratorios improvisados, ante los altares móviles que recorrían la geografía
capitalina, teniendo al Guadalquivir como testigo de esa fe ciega de la cual
alardea el pueblo cordobés.
Se
realizó el Vía-Crucis del Beato Juan Pablo II, gracias a él pudimos disfrutar del
paso de la Oración del Huerto, así como de otros tanto, que son los bastones de
la Fe arraigada de la Ciudad de los Califas, pasos como el de Jesús de
Medinaceli, el de Jesús Caído, El Cristo de las Ánimas, Las Angustias, así como
el Santo Entierro, terminando con la Imagen de Jesús Resucitado. Amen también pudimos
disfrutar de grandes misterios como el de la Humildad, o el de Coronación de Espinas de la Hdad. de la
Merced, así hasta completar el Vía-Crucis, como curiosidad comentar que la
Diócesis de Córdoba puso a María como ejemplo de Fe, desfilando delante de los
pasos, como muestra que Ella fue la primera creyente, la imagen escogida fue
Ntra. Sra. Reina de los Mártires.
La verdad
que los que nos trasladamos a Córdoba pudimos disfrutar de unos verdaderos momentos cofrades que se pudieron traducir en
una pequeña experiencia de Fe.
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