lunes, 16 de septiembre de 2013

DÍAS DE GLORIA

Ntra. Sra. de la Amargura, Almería
de cultos en el Paso de Palio de Gracia y Amparo
esperemos ver esta estampa en las tardes-noche
de los Jueves Santos almerienses.
Días de Gloría, no es solamente es el título de la autografía de Mario Conde, sino es más bien, lo que se ha vivido en Almería en estos días pasados.
Desde San Sebastián, con el Triduo al Stmo. Cristo del Amor, a la Almedina, donde María de las Angustias sigue mostrando  a su Hijo en su regazo  a todos  aquellos que no lo conocen.  Bajando hasta San Antonio de Ciudad Jardín, donde pudimos contemplar la Obra de Dios, en el rostro de Ntra. Sra. de la Amargura, la cual estuvo  recibiendo a sus hermanos cofrades ataviada como una verdadera Reina, ya que pudimos contemplar en sus sienes marchitas de Amargura, una corona, así como bajo palio, idea sobresalientemente buena, la cual deberán ir acostumbrándose los hermanos de la corporación del Nazareno.¡Ánimo Paco Vargas!
Pero el acto más sobresaliente, que se puede categorizar de MATRÍCULA,  ha sido, el que ha protagonizado la hermandad de la Soledad, la cual, ha realizado una visita, al Real Monasterio de Sta. Clara de Asís, para conmemorar los 175 años, en los que la hermandad se tuvo que refugiar en la Iglesia conventual, a causa de la desamortización de Mendizábal.  Regresando a su templo al día siguiente, en un devoto y recogido Rosario Vespertino. Según ha podido saber Vetusta, la visita a la clausura del Real Monasterio, fue acogida con gran júbilo entre las monjas, quedándose toda la noche en vela las más jóvenes de la comunidad, para acompañar  a la que es Madre del Esposo. A lo largo de todo el día fueron numerosos los devotos que asistieron a la jornada Eucarística celebrada en dicho enclave, así como para contemplar en situ la estampa que pudieron disfrutar nuestros antepasados, y que gracias al  buen acierto de la  Hdad. de la Soledad, se ha conseguido hacer presente al pasado. Magnos  y buenos momentos se vivieron en el interior de los vetustos muros de Sta. Clara, pero el que más ha marcado, fue cuando llegó la hora de volver a casa, y las hermanas no pudieron evitar una emoción contenida que desembocó en dulces lágrimas, cuándo despidieron a la Bienaventurada vecina del Barrio de Santiago.

Al siguiente día, estuvo expuesta como es tradicional en devoto besamanos, al igual que todos los años, a los pies de su capilla. Acompañándola como desde hace ya un lustro Ntra. Sra. de los Dolores de la vecina parroquia de San Pedro Apóstol, que esperaba los devotos besos de sus hijos a los pies Altar Mayor de la Templo de dicha parroquia. De esta diremos que dejó parte del ajuar metálico en los joyeros, así como destacar el velo que cubría la vetusta saya negra, el cual imitaba a un vuelo de palomas torcales rodeando a la Mejor de las Nacidas.

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