sábado, 7 de septiembre de 2013

NO A LA GUERRA

Hoy  S.S. el Papa Francisco I, ha declarado día de ayuno y de oración para la Paz, a causa del conflicto bélico generado en  Siria, ¿Pero de verdad esto hace reflexionar a los dirigentes?  Yo creo que no, tan solo les interesa el reparto del pastel. Cuándo acabe el conflicto, se tiene que reconstruir el país, y eso es lo único que les interesa, los beneficios que van encontrar los años sucesivos a la contienda.
Cuándo salió elegido de las urnas el presidente Obama, daban entender que iba a pasar a la historia de los E.E.U.U., así como de la Humanidad, como el presidente de la paz, que iba a ser todo los contrario a su predecesor en la Casa Blanca, y ahora le falta tiempo por entrar en guerra contra Siria, que pasa, que le han dicho las fábricas bélicas, que se tiene que gastar armamento para seguir fabricando.  Las guerras no se mueven por afán de mejorar los servicios a los trabajadores o a los pobres. Si no todo lo contrario, los motivos son solo intereses económicos de unos cuantos. Y todo a costa de muertes innecesarias de personas indefensas que su único lema en este mundo es sobrevivir en el día a día. Padres de familia que luchan desde que se levantan cada mañana con el propósito de traer pan a sus hijos. Guerras que solo traen tragedias a las casas de los pobres, porque nos quedamos más tranquilos cuando nos dicen los que se salvan, pero nunca pensamos que la mayoría de estos se quedan inválidos de por vida. Niños que no le ha dado tiempo a vivir y ya saben que nunca correrán por las calles de su pueblo o ciudad. Niñas que por culpa de unos pocos han conocido el coito de una manera brusca y desagradable a una temprana edad. Personas mayores que solo aspiraban a ser felices los últimos días de su vida, y ven cómo sus retinas se van apagando a causa  del polvo de la  destrucción de sus ciudades y pueblos, núcleos urbanos que se crearon para ser un remanso de paz, y que se han convertido en descampados de escombros donde reina el  hambre y la miseria.
Mientras ocurre todo esto, en el día a día de un país en guerra, los hijos de todos esos dirigentes que se alían entre ellos, para participar en el conflicto, están en sus buenos coches, calzando sus buenas zapatillas deportivas con sus vaqueros último diseño, y chateando con sus colegas con sus móviles de última generación. Qué fácil es decidir entrar o no en un conflicto bélico, cuándo tienes la seguridad que a los tuyos no les va a pasar nada.

Vetusta se une al ayuno y a la oración de todos los cristianos, así como no cristianos, que quieran unirse. Aunque Vetusta no espera que recapaciten los dirigentes, si no para que Dios Padre en Su Eterna Misericordia pueda hacer por fin el milagro de la Paz.

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