Hoy todos los medios de comunicación, hablarán de buenas noticias, la verdad que es un paso agradable para el oído, más para este que escribe que sentía las víctimas de ETA como algo suyo. Pero para mí no es un motivo de alegría porque ETA no ha entregado las armas, no es un motivo de alegría porque han puesto condiciones y exigencias a la democracia. No es un motivo de alegría porque no han pedido perdón a los 850 de muertos y los miles de heridos, no es motivo de alegría, porque se siguen riendo de las familiares de las víctimas. No es motivo de alegría cuando no se hace justicia a más de 340 casos sin resolver. No es motivo de alegría cuando en su comunicado ensalza a los militantes caídos por la causa. No es un motivo de alegría porque el Gobierno de la Corona lo que quiere vender como un triunfo del ejecutivo, cuando es un triunfo de la banda terrorista. No es un motivo de alegría porque el gobierno y oposición se han repartido los papeles a la hora de hacer sus declaraciones públicas. No es un motivo de alegría porque no ha ganado la democracia, sino ETA. No es motivo de alegría porque no se entregan definitivamente a las manos de la justicas para ser juzgados para saldar el daño causado al reino español No es un motivo de alegría porque es una carta con un lenguaje de la más alta mitología vasca, a los Reyes Magos. No es un motivo de alegría porque no se disuelve definitivamente la banda, con lo cual si no consiguen sus propósitos pueden retomar las armas de nuevo. No es un motivo de alegría porque este comunicado de la banda es tan solo el pago a un gobierno que le ha permitido acampar a sus anchas en sus casi ocho años de gobierno. No es un motivo de alegría porque no es la derrota definitiva de ETA.
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