viernes, 3 de mayo de 2013

LAS CRUCES DE MAYO

Tradicional Cruz de Mayo de una Hdad. almeriense
Fotografía: E. Jesús Díaz Pérez

La verdad que desde el pasado año, no voy a la fiesta de las cruces en Almería, y que cuando llegan estos días me viene a la memoria aquellos años de esplendor que pudimos disfrutar de nuestra fiesta en los tímidos días de la  primavera.
Recuerdo aquellos años en los que la aglomeración y el gentío, era la tónica general de las cruces, locales a rebosar de gente, buen ambiente, buena degustación de nuestra gastronomía, etc…, los cofrades nos esmerábamos bastante a la hora de acondicionar los locales, verdaderas obras de arte en la configuración de nuestras cruces, y en decorar nuestros locales de los cuales muchos de ellos cerrados durante todo el año, y que conseguíamos por mediación de algún miembro de la junta de gobierno o de algún llegado a la misma. Recuerdo  la calle Leal Iribarra, donde la Hdad. del Entierro y del Encuentro realizaban conjuntamente la Cruz de Mayo, sus farolillos puestos, sus mesas en la calle, los niños jugando a la semana santa, etc…, esa calle Real, con diversos locales de cruces como la Sta. Cena de la cual guardo unos recuerdos increíbles, así como recordar su buen gusto a la hora del montaje de la Cruz, la añoranza de la Hdad. de Pasión o la de los Molinos con su especialidad de leche de pantera, o los años que la Hdad. del Silencio hizo la Cruz en la calle Mariana, que gratos recuerdos de aquella buena gente, o los años en los que la Hdad. del Prendimiento montaba su Cruz en aquel local cerca de la calle Trajano, inmenso pero siempre lleno hasta los topes. Angustias al lado de su antigua sede canónica, o como no, Estudiantes la hermandad pionera en la fiesta de la Cruz, cuando utilizaba todos los bajos de la Uned, no como ahora que solo puede utilizar el patio.
Hoy yo me pregunto indirectamente, que ha sido de esa fiesta, en la cual la gente no le importaba comer arroz a las dos de la madrugada, o bailar sevillanas o entonar la canción del Toro enamorado de la luna con una tapa de migas a alta horas de la madrugada. Que ha sido de esa gente, de ese público, que han ayudado a crecer a nuestras hermandades, ¿dónde está?, la crisis, la política de nuestras hermandades, o era otra moda de nuestra capital que ha pasado, al igual que el aíre. La respuesta no la sé, para eso tendría que hacer un estudio sociológico pero lo que sí puedo deciros, por lo que me han contado que esas cruces de las llamarlas de cajas millonarias, han desaparecido, la gallina de los huevos de oro, se ha puesto enferma, el por qué, no lo sé, pero ha desaparecido, una verdadera lástima, pero es la cruda realidad, no hay otra.
Espero que de nuevo vuelvan esas oscuras golondrinas sobre nuestro balcones, sería una buena señal, sobre todo la economía para nuestra sociedad, amen para la recuperación de una fiesta que podemos considerarla tan nuestra como la fragancia marinera que respiramos. 

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