viernes, 10 de mayo de 2013

EL PAÑOLÓN DE OVIEDO, ¿VERDAD O TRADICIÓN?



Quién me conoce, sabe muy bien que no soy muy de reliquias, si de religiosidad popular, de procesiones y cultos internos, pero no de reliquias, pero la verdad sea dicha, que el tema del pañolón de Oviedo y el de la Sábana Santa, son dos temas que despiertan en este bloguero más que una cierta curiosidad, aunque también llena algo de dudas el corazón.
Los investigadores, en sus estudios, siempre hablan de un cadáver que debió de morir de forma vertical; en una cruz, por ejemplo. Si cruzamos los datos que aportan el Pañolón y la Síndone con el relato evangé­lico, se puede apuntar con solvencia cómo debieron ser las nueve horas después de la crucifixión de Cristo. Así lo establece José Delfín Villalain, Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Valencia.

LA CRUCIFIXIÓN
12:00 horas: En torno a las 12 de la mañana debió ser crucificado en el Gólgota, hoy conocido como Monte Calvario.
15:00 horas: A las tres de la tarde se produce la muerte derivada del martirio al que fue sometido. Una muerte que fue acelerada por la asfixia producida por la colocación de los brazos y el consiguiente peso del cuerpo que pendía de la cruz.
15:20 a 15:48 horas: El cuerpo comenzaría a ponerse rígido.
16:00 horas: Se le coloca el sudario sobre el rostro. La información que arroja el Sudario de Oviedo es que fue colocado sobre una cabeza ensangrentada, sujetán­dose a los cabellos con elementos punzantes empezando por la forma occipital. Es decir, fue cosido. A partir de esa zona, el sudario rodea la parte izquierda de la cabeza hasta llegar al ángulo maxilar derecho, donde la tela se pliega sobre sí misma. "El objetivo principal de colocar este sudario es detener el continuo derrame de sangre del cadáver", asegura Juan Manuel Miñarro.

EL DESCENDIMIENTO
17:00 horas: A las 5 de la tarde llegó José de Arimatea
Stmo. Cristo de la Redención en su Su Sagrado
 Descendimiento, Hdad. del Silencio Almería

para recoger el cuerpo de Jesús y darle sepultura. En ese momento, cuando se procede a preparar a la imagen para ser descendida de la cruz.
17:30 horas: Pasada una media hora, la imagen, con el rigor cadavérico que conlleva la consumación de la muerte, empezaría a ser descendida de la cruz y se colo­ca en el suelo bocabajo.
18:15 horas: La imagen permanece bocabajo unos 45 minutos aproximadamente. Esto se sabe gracias a la superposición de las distintas coagulaciones de sangre que se van produciendo desde que se coloca el sudario en la cabeza. El conocido como "Pañolón de Oviedo", que había sido cosido a la cabeza, se descose y se coloca de una nueva forma, componiendo un nudo en la parte superior de la cabeza.

EL TRASLADO AL SEPULCRO
18:30 horas: En torno a esa hora, se procede al traslado de Jesús hasta el sepulcro, que vino a durar unos 15 minutos. Cabe recordar que Jesús es enterrado en un jardín próximo al Monte Calvario, en el enterramiento sin uso de un rico judío y seguidor de Cristo llama­do José de Arimatea. En efecto, ese traslado tuvo que hacerse entre varias personas, como vemos en el miste­rio de Santa Marta, aunque es evidente que se produjo en unas circunstancias muy distintas. Por ejemplo "el rigor cadavérico era evidente por lo que imágenes con la musculatura blanda como el Cristo de la Caridad de Santa Marta resultan imposibles a los ojos de la ciencia", explica Miñarro. De este traslado, el Pañolón de Oviedo nos explica que alguien con una mano, se encargó de apretar el sudario sobre los labios de Cristo de cuya boca o nariz, todavía, emanaban sangre y otros fluidos. "Sin ese rigor cadavérico, con el movimiento del traslado, la cabeza se hubiera movido de un lado a otro. Sin embargo, los fluidos que manchan la tela durante el traslado están localizados en un lugar muy concreto, lo que nos hace pensar que el cuerpo de Jesús debía estar completamente rígido".
18:45 horas: Se procede al entierro de Cristo. El sudario que, con el tiempo, se convertiría en el "Pañolón de Oviedo" sigue envolviendo la cabeza. También, Jesús es amortajado con la Sábana Santa, en la que, horas después, queda proyectada una imagen de la persona que quedó envuelta en su interior.
21:00 horas: A esa hora, la rigidez del cuerpo amor­tajado desaparece. ¿La resurrección?

Durante siglos, el sudario que envolvió el rostro de Jesús gozó de mayor reconocimiento que la pro­pia Sábana Santa. Hay que reconocer que las distin­tas vicisitudes que atravesó la reliquia conservada en Turín, provocaron que se diera por perdida y, así, apenas se representaba en la iconografía medieval del Santo Sepulcro. Todo lo contrario que el "Pañolón de Oviedo", cuyo nudo llegó a popularizarse en las repre­sentaciones medievales. Como se ha mencionado, cuan­do el cuerpo de Cristo se deposita, bocabajo, en el suelo tras ser descendido de la cruz, al sudario se le hace un nudo, que es el elemento característico que el arte medieval se perpetró de la reliquia se conserva en la Catedral de Oviedo.


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