domingo, 4 de diciembre de 2011

HISTORIA DE ESPAÑA EN LA DAVIS

David Ferrer y E. Jesús Díaz Pérez, administrador del blogs Vetusta
Desde que en 1921 Manuel de Gomar y Manuel Alonso de Areyzaga, capi­taneados por José María Alonso de Areyzaga, representaran por primera vez a España en la Copa Davis (perdieron a domicilio ante Gran Bretaña por 4-1), el equipo nacional ha disputado 76 ediciones de esta com­petición centenaria que, a nivel de selecciones, bien puede ser asemejada a los mundiales que se celebran en otras disciplinas deportivas.

En 1922 llegó la primera victoria española tras doblegar a la India en un duelo que se dis­putó en suelo inglés, mientras que en 1926 el Real Barcelona Law Tennis Club acogió la pri­mera eliminatoria que España jugó como local y que, curiosamente, se saldó con un triunfo sobre Argentina.

Tuvieron que pasar tres décadas para que la Copa Davis, y el tenis en general, ocupara un lugar preferencial en la atención de los es­pañoles. Tal hecho se debió, esencialmente, a la irrupción de Manolo Santana, que en 1961 y 1964 rompió barreras anteriormente infran­queables al conquistar Roland Garros y que, en 1965, lideró al primer equipo español que se clasificó para disputar la final de la Davis. La victoria sobre Estados Unidos en semifinales, uno de los primeros eventos retransmitidos por la aún incipiente Televisión Española, multipli­có los ánimos de los aficionados españoles, que, desbordados de euforia, confiaban en que San­tana, Juan Gisbert y José Luis Arilla superasen a Australia en Sidney y sobre hierba. El país se paralizó y miles de españoles se levantaron en la madrugada para seguir este acontecimiento, que se convirtió en un hito histórico al ser la primera transmisión de la señal televisiva desde Australia hasta España. Sin embargo, el potente equipo australiano, compuesto por Fred Stolle, Tony Roche y John Newcombe acabó con las es­peranzas de España, que caería por un claro 4-1 en una final que dos años más tarde, en 1967, se repetiría casi a la exactitud, pues el cuadro espa­ñol, con la novedad de Manuel Orantes en sus filas, volvería a sucumbir también a domicilio y por el mismo resultado ante los australianos. La entrada en el siglo XXI coincidió con el comienzo de la era más brillante del tenis es­pañol, una esplendorosa etapa que no sólo se mantiene viva en estos días sino que, además, tiene visos de perdurar durante más años. Las cuatro ensaladeras alzadas desde entonces por la Armada son el mejor y más esclarecedor indi­cativo de la hegemonía del tenis español en la última década. El camino hacia la gloria se ini­ció en 2000, cuando Juan Carlos Ferrero, Albert Costa, Álex Corretja y Joan Balcells derrotaron precisamente a Australia, el eterno verdugo del tenis español, en una memorable final disputa­da en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

Ese recinto sería escenario también de la cuarta y última Ensaladera alzada hasta el mo­mento por el equipo español, que, compues­to por los mismos jugadores que este año se enfrentarán a Argentina (Rafael Nadal, David Ferrer, Feliciano López y Fernando Verdasco), vapuleó en 2009 a la República Checa con un incontestable 5-0.

Entremedio, las igualmente inolvidables fi­nales de 2004 en Sevilla ante Estados Unidos, que tuvo por gran protagonista a Carlos Moya y que significó la definitiva eclosión de Rafael Nadal en el panorama tenístico mundial; y la de 2008 en Mar de Plata ante Argentina, la úni­ca, hasta la fecha, culminada como visitante por un equipo español que en aquella ocasión supo sobreponerse a las adversidades de no poder contar con Nadal (lesionado) y de jugar en un ambiente muy hostil y sobre una rapidísima superficie que, a priori, no se ajustaba al gusto de sus jugadores.

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