jueves, 22 de septiembre de 2011

"EL GUSTO", DA PARA MUCHAS TESIS DOCTORALES.

Ntra. Sra. de los Dolores, Hdad. Entierro Almería
Ataviada por el injustamente criticado
vestidor Álvaro Abril Vela.
Hay mas gustos que colores, y la verdad nunca llueve a gusto de todos. Un buen amigo mío tiene en su diccionario cofrade la frase  “rozar el mal gusto”. Y eso es de lo que trata la entrada de este post.

¿Qué es el mal gusto?, o más bien sería de esta otra forma la pregunta ¿ cuál es  el buen o el mal gusto?, ¿existen fronteras entre ambos?. Para poder comenzar esta entrada tendríamos que saber, ¿donde están esas fronteras? Para comenzar con buen pié este post tendríamos que remontarnos a la  teoría de aprendizaje de Kant, más concretamente en la asignatura de Epistemología (una de las ramas de la filosofía). 

Según Kant todos ejercitamos el mismo proceso de aprendizaje y a todos nos llega de la misma manera, siempre y cuando tengamos los cinco sentidos hábiles, pero a la hora de procesar una información, no todos la procesamos igual, ahí interviene muchos motivos, emocionales, psicológicos, psíquicos, educacionales, culturales, sexuales, de género, de número, etc… como ejemplo podríamos decir el siguiente: Si S.M. el Rey cuenta un chiste, por muy bueno que sea, al republicano le caerá mal y lo verá con poca gracia. Si una cofradía te cae mal, ya pueden hacer el paso de palio en oro y diamantes que sus detractores ya se encargaran de proclamar que eso es hojalata y piedras falsas. Ahora si es al contrario pues se intentará excusar de todos los modos el fallo de una persona o enaltecer sus acciones.

La verdad que nos cuesta ser tanto unánimes y ecuánimes en esta vida y más todavía en el mundo de las cofradías, la gran mayoría critican sin saber incluso que criticar, solo porque no me caen bien. Porque puestos a criticar decir que un paso de palio para que este completo debe de tener seis varales y no cinco como hay dos en la Capital urcitana, o aquel ajunta líneas que denunció a la hdad. del Silencio por maltratar las tallas originales del paso de misterio, cuando en su cofradía las imágenes de Perceval ya no tienen nada que ver de cómo eran en su origen. U esos otros, que por no querer reciclarse pues ven con malos ojos todos los avances, y, más si les quitas sus funciones. Me vienen a la memoria las críticas al actual capataz de la Esperanza que ya daban por malo incluso antes de su primer Miércoles Santo, y si no ajusto mal la cuenta este ha sido su doceava salida como capataz de la Reina del Miércoles Santo. O aquellos otros que por no caerle bien la hdad. ya pueden vestir a la Virgen Pepe Garduño con las propias ropas de la Macarena, que para ellos estará vestida como una piltrafa.

Esta es la dura realidad, que nunca se amasa el pan a gusto de todo el mundo, lo que tenemos que tener un poco de mas paciencia a la hora de ser lo mas ecuánime posible a la hora de valorar, tener mentalidad abierta a las nuevas tendencias y modas (que no quiero decir que estén bien por ser nuevas). Debemos de mirarnos a nosotros mismos, hacer historia de nosotros y de nuestras hermandades, e intentar sacar la parte positiva de todo aquello que aprehende nuestro cerebro. Y cuándo algo no nos guste porque es una cosa lógica y normal, que algo no sea de nuestro gusto, se puede  decir, a mi no me gusta o no va conmigo o con el estilo que yo tengo o que yo marcaría. Pero no decir frases como “esto es una aberración”, o roza o traspasa el mal gusto. Porque sobre el buen o mal gusto, no hay nada escrito, así como también remarcar que el gusto es hago muy personal y nunca,  y repito, nunca es ni será algo colectivo, lástima de aquellos que piensen así del monoísmo cultural solo puede salir una pobreza intelectual en este caso cofrade mientras de la  pluralidad es de donde se enriquece la cultura de un pueblo que llevado a nuestro tema es un enriquecimiento cofrade. Porque dentro de lo que se puede llamar mal gusto siempre habrá algo de buen gusto, aunque queramos ocultarlo.

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