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| Ntra. Sra. de la Paz y Ntra. Sra. de la Amor y Esperanza fotomontaje: E. Jesús Díaz Pérez |
Según decía el poema de Gustavo Adolfo Bécquer, que las oscuras golondrinas vuelven, pero aunque se vuelve la realidad que les rodea ya no es la misma, porque como decía una canción de Mercedes Sosa, “Cambia todo cambia”, y todo esto lo digo por dos cofrades de los cuales me alegro que hayan vuelto a sus raíces, y creo que sabéis muy bien por quienes lo digo. Sin duda alguna me estoy refiriendo a la vuelta de José Luis Cantón a ser hermano mayor de la hermandad de Estudiantes, así como la vuelta de Juan Rosales Hermoso a la hermandad de la Borriquita, aunque no sé si ha vuelto de hermano, pero sí de vestidor.
Y he dicho que me alegro que hayan vuelto, aunque la realidad que les rodea es muy distinta a la que dejaron y lo más sorprendente es que han vuelto no por imposición del artículo 33, sino todo lo contrario, porque han sido solicitados por sus respectivas hermandades, mientras escribía estas palabras me ha venido a la cabeza cuando España exilió a Isabel II, los mismos protagonistas de esas manifestaciones de exilio y de revolución fueron también los personajes que aclamaban por las calles de Madrid la vuelta de su hijo D. Alfonso XII. Y es que la sociedad española es de las llamadas sociedades de rebaño, que por donde uno mete la cabeza ahí el resto de la manada. Dicho todo esto se puede creer mis lectores que no estoy de acuerdo con la vuelta de esos cofrades a sus hermandades, pero pueden creer que si, lo único es que la realidad con que la dejaron es muy diferente. Aunque Juan Rosales tiene a su hermandad en mejor sede canónica que cuando la dejó, porque por lo menos es una parroquia poblada y que aunque ustedes no se lo crean el barrio sigue creciendo a pesar de la crisis. Pero no quiero divagar en el tema y solo quiero desearle a los una feliz vuelta y que sus trabajos sean lo más provechoso posible para el bien de la semana santa.
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