miércoles, 5 de enero de 2011

LA CABALGATA DE REYES, LA ILUSIÓN DE UN NIÑO

Lo han vestido como merece la ocasión, el está algo nervioso, a sus apenas cinco años recién cumplidos, no quiere perderse la cabalgata de Reyes Magos. Tiene la sensación de que no los va haber, de que algo raro puede pasarle para no verlos. Aunque tiene su conciencia tranquila y espera que los reyes se porten como él se merece.

Cuando van de camino hacia el Paseo de Almería, no sale de su asombro, las luces casi caducas de navidad le deslumbran, el ajetreo de la gente intentando que su carta llegue aunque sea a última hora, el no está acostumbrado ante tanto bullicio, por su estatura pilla algún que otro golpe con los paquetes de los transeúntes. Pero hay algo que le parece estraño y que no le cuadra en su joven y cerebro.

Si los regalos los traen los Reyes Magos desde el lejano oriente, y que podemos ver la paquetería cuando bajan por la Almedina camino del Palacio Episcopal, como que la gente anda como loca de tienda en tienda, si todavía no han empezado las rebajas.

A nuestro protagonista le parece extraño, pero todavía el tiene fe en que S.S.M.M. los Reyes le traigan los presentes que el anhela y todo empieza ha tener sentido cuando puede comprobar con sus propios ojos a cada uno de ellos con sus correspondientes pajes, ataviados con sus mejores ropas y alhajas con todo un séquito abriendo el cortejo, como la policía nacional y municipal escoltan el recorrido de Sus Majestades. Y como el año pasado nuestro amigo desea irse lo más rápido posible a su casa para cenar y acostarse rápido para que no lo sorprenda despierto los Reyes y pasen de largo.

Este artículo va dirigido a todos esos niños inocentes que viven en hogares, casa de acogida, centros de menores y que no van a disfrutar de un volumen excesivo de regalos como los niños de familias acomodadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario