martes, 4 de enero de 2011

EL BLASFEMO CREDO MASÓNICO

En el año 1850 circularon por España, importados de las Logias portuguesas, un credo y unos artículos de la fe masónica. En el primero se afirmaba la creencia en dios, Ser único y absoluto, así como en la inmortalidad del alma, el respeto para todas las prácticas religiosas y para los Poderes constituidos, la igualdad de derechos y deberes para todo ser humano y, de manera especial, en lo que se refiere al pensamiento y la obra de la ley moral, presentándose como aspiración la fraternidad universal, la abolición de la pena de muerte, la desaparición de la diferencia de clases, de nacionalidad y de razas, y abogando al mismo tiempo por la educación liberal de la mujer.

En los artículos de la fe masónica se parodiaba el Credo de los cristianos, afirmándose la creencia en un solo Dios como Supremo Arquitecto del Universo; en Jesucristo, no como Dios, sino simplemente como hombre; en la Iglesia, no la romana, sino la universal oculta en la francmasonería y revelada en las palabras, signos y toques masónicos; en la comunión de los Santos, entendida como fraternidad uni¬versal común a todos los hombres; en el perdón de los pecados, no por Jesucristo, sino como tolerancia y olvido total de todos los masones y masonas a las faltas cometidas; en la resurrección de la carne, entendida como la perfección a que se habría de llegar en el orden masónico, y en la vida perdurable, considerada como eternidad de la masonería y del Gran Arquitecto del Universo.


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