jueves, 3 de marzo de 2011

HISTORIA Y TRADICCIÓN, DE LA STA. MUJER VERÓNICA, II

S. Mujer Verónica, A.J. Dubé de Luque
1992, Hdad. Salutación, Málaga
 Sin perjuicio de que la Verónica sea creación de la devoción popular, este personaje de la pasión ha sido reconocido de algún modo por la Iglesia católica y prueba de ello es que desde el siglo XVI en el Vía Crucis, en su sexta estación, se menciona a esta mujer llamada Verónica (Berenice o Seraphía) que limpió el rostro de Jesús en la calle de la amargura, sin tener en cuenta las burlas de las gentes y las prohibiciones legales de los romanos de ayudar a los condenados. Según la tradición el lienzo utilizado era de tela fina, tres veces más largo que ancho y generalmente los llevaban estas mujeres alrededor del cuello para socorrer a los afligidos y enfermos, limpiándoles el sudor de la cara.

Parece que fue en el S XII, en tiempos de las cruzadas, cuando adquirió mayor relevancia la figura de la Verónica, comenzando a representarse por los artistas de esa época la faz ensangrentada en un lienzo portado por ángeles (como el arca del Santo Rostro de Jaén del S XIV) o por una joven. La primera pintura que tenemos de esta santa Mujer, es en la miniatura inicial de un ceremonial realizado en 1143 por un canónigo de san Pedro, llamado Benito, y dedicado al pontífice Celestino II. También del S XII o algo posterior, es la faz del Salvador sobre lienzo, existente en la

Basílica de San Juan de Letrán de Roma, en la capilla del papa León III, llamada "ache-rotipa", es decir, no hecha por los hombres. La primera noticia que tenemos del culto a la Verónica, con presencia del ceremonial papal, fue la de Inocencio III, con la Bula del 3 de enero de 1208, al instituir una procesión anual en el primer domingo de la octava de la solemnidad. En 1854, cuando se definió el dogma de la Inmaculada Concepción por Pió IX, el paño de la Verónica fue colocado junto a la reliquia de la Vera Cruz en el Altar del Sacramento, cercano al baldaquino vaticano, entre los días 3 a 7 de diciembre de aquel año.

En el calendario santoral de la Iglesia católica, se celebra la festividad de la Santa Verónica el 10 de julio, aunque también se celebran otras Santas de la misma onomástica los día 13 de enero y 29 de agosto. Es en los evangelios apócrifos de la pasión y resurrección, concretamente en las actas de Pilato, donde se recoge expresamente la figura de la Verónica. Se dice que cuando se estaba discutiendo entre Poncio Pilato y los sacerdotes del pueblo judío, sobre la culpabilidad e inocencia de Jesús por atribuirse su origen divino y por las obras que había realizado, "se adelantó una cierta mujer llamada Berenice (Verónica) y empezó a gritar desde lejos diciendo: Encontrándome enferma con flujo de sangre, toqué, la fimbria de su manto y cesó la hemorragia que había tenido doce años consecutivos. Dijeron los judíos: Hay un precepto que prohibe presentar como testigo a una mujer". En otros evangelios apócrifos referidos a la Pasión y Muerte, en los denominados tradición de Pilato (Paradosis), al hablar de la muerte de Pilato también se menciona a la

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