lunes, 27 de enero de 2014

PEDRO GÁMEZ LASERNA



Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena, Sevilla
fotografía: E. Jesús Díaz

Hoy quisiera hablar de Pedro Gámez Laserna, autor de la Marcha Pasa la Macarena, pero centrándome solo en su vida profesional, dejando atrás su vida oculta, es decir, desde que nació en Jódar en 1907, hasta que 16 años más tarde ingresó en el ejercito.
            Gámez Laserna acompañó, con la Música Militar de la División Guzmán El Bueno, muchas madrugadas a Nuestra Señora de la Esperanza Macarena y así nació, no sólo su devoción a la Señora de Sevilla, sino su marcha procesional “Pasa la Virgen Macarena” que tan pronto caló en sus cofrades, por la alegría de sus cornetas, por esos cambios graves y austeros, por sus admirables proporciones... Desde entonces Gámez Laserna estará para siempre, unido a la Virgen Macarena y a Sevilla. Su amor a la Señora de San Gil le hizo componer en 1982 la música para el Soneto “Faz Divina” que compusiera Manuel Jiménez Melero, de esta composición hizo dos versiones, una para voz solista y banda y la otra para voz solista y orquesta, siendo numerosas las marchas procesionales dedicadas a cofradías sevillanas y cordobesas: Saeta Cordobesa, Sevilla Cofradiera, Victoria y Paz, Salve Regina Martyrum, Virgen del Subterráneo, Ntra. Sra. del Patrocinio, Virgen de la O, Virgen de la Estrella, Cristo de la Sed, Cristo de la Caridad, Ntra. Sra. de la Piedad, La Sagrada Cena, Saeta sevillana, Ante el Gran Poder, Virgen del Socorro, Virgen de la Oliva, Ángeles del Cister... U obras no religiosas como sus pasodobles a Paquito Casado, al Doctor Marañón, Alfonsín, Homenaje, Impresiones Cordobesas, Estampas de nuestra Andalucía, o el Himno a la Cruz Roja… Dicen que sus “saetas instrumentales” es el germen donde reside su personalidad musical.
 Quedó pronto viudo, como ya le había ocurrido a su padre, y esa soledad marcó también sus propias composiciones, mitigadas por el cariño de sus hijos, nietos y familia, y por los muchos homenajes que la Sevilla cofrade le tributaba, sintiéndose querido por todos, dejando grandes discípulos como nuestro comprovinciano el director y compositor don Pedro Morales. Gámez Laserna fue “Maestro de maestros”. A su destacada labor compositiva hay que destacar el excelente magisterio durante las dos etapas como director militar. Tal es así que su gran alumno, y en la actualidad reconocido director de banda militar, Pedro Morales, ha mostrado en más de una ocasión su gratitud para con Pedro Gámez, porque “le enseño la armonía, el contrapunto y la fuga como nadie”. Otro importante discípulo, el violinista cordobés José de la Vega, es hoy día uno de los compositores de marchas procesionales más valorados, gracias a la firma de preciosas partituras como “Valle de Sevilla”, donde, como no podía ser de otra forma tratándose de un alumno de Gámez, aparece una saeta entonada por los clarinetes.
            En su ciudad natal, amenizó en muchas ocasiones las ferias y fiestas, siempre tuvo admiración por la gran afición musical de Jódar y la alta calidad de los componentes de su banda; acompañó durante muchos años a la procesión del Santísimo Cristo de la Misericordia, el Patrón de Jódar, a esta venerada Imagen le compuso en 1935 la marcha procesional “Cristo de la Misericordia” y en 1968 una Misa Solemne y un Avemaría, que cada año es cantada, dirigiendo, en algunas de estas ocasiones, la Coral “Cristo de la Misericordia” sus hijo José, colaborando sus nietas Belén, Mª Ángeles y su sobrino Leandro. También adaptó la Plegaria al Cristo de la Misericordia.
La ciudad de Jódar, encabezada por el Ilmo. Ayuntamiento y a petición del Galduriense Juan José Hidalgo Galiano, le rindió en 1968 un homenaje dedicándole el nombre de una céntrica calle, la antigua calle Jeldres, conocida popularmente como la calle “La Cárcel” se convertiría desde entonces en “Calle Compositor Gámez Laserna”, la provincia le tributó también un cálido homenaje en la capital y la Asociación Cultural “Saudar” lo nombró Socio de Honor en 1983, apoyando las gestiones de la Hermandad de la Cena para que se le dedicase una calle en Sevilla, que hoy posee junto a la popular calle Sierpes. Dirigió la Banda de Música de Baeza en 1984, ofreciendo su último acto público en la ciudad que lo vio nacer, precisamente en este mismo escenario. Su hijo José Gámez Varó junto con la Agrupación Musical “Pedro Gámez Laserna”, estrenó en el Altar Mayor de la Parroquia de la Asunción, y tras la Solemne Función en honor a tan venerada Imagen, la marcha procesional “Ten Misericordia Señor” que dejara sin concluir, terminada por su hijo, y dedicada al Cristo de la Misericordia. Gámez Laserna también compuso una Marcha titulada “Xodar” que adaptada por otro gran compositor Galduriense como es Jesús Barroso Navarro, es la música actual del “Himno de Jódar” desde 1992 y que él compuso para el traslado de las autoridades desde el Ayuntamiento hasta la Iglesia del Santo Cristo en el año 1968. Amigo de sus amigos, eran frecuentes sus tertulias en Jódar con Alejo Godoy, Elías y Eduardo Guerrero, Juan José Hidalgo Galiano…su última obra fue el himno a la Cruz Roja de Jódar, poniéndole la letra Eduardo Guerrero, que ya colaborara con él poniendo la letra a su marcha procesional “Ante el Gran Poder”, recientemente reestrenada.
            Su funeral fue en la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena el 26 de diciembre de 1987, donde recibió el último homenaje de sus amigos, mientras en el atrio sonaba su marcha “Pasa la Virgen Macarena”, esa marcha universal, que los expertos dicen que el poder de emoción alcanza cotas inimaginables pues toda ella es un compendio de júbilo, deleite y gozo ante la Señora de Sevilla, que vigoriza en su delicioso "trío" final”. El maestro Gámez se fue el mismo día de Navidad, seguro que a entonar con su padre, y con su primer maestro José Miguel Morillas, aquellas letrillas populares de las “Munidas” de Jódar, como un cofrade más de la Hermandad de las Ánimas.
A pesar de la consideración que tiene de continuador del estilo instaurado por los padres del género, Gámez Laserna va a intensificar el lirismo de la partitura hasta unos límites insospechados. La influencia de los Font de Anta y López Farfán se constata en sus obras iniciales como en Saeta Cordobesa (1949) con la introducción de fuertes metales en los primeros compases para desembocar en una preciosa "saetilla" (elemento muy propio del autor de Estrella Sublime o Pasan los Campanilleros). Son muchas las personas que en este año han escrito sobre Don Pedro, como los investigadores Mateo Olaya, el periodista Antonio Burgos, o el director de la Banda Inmemorial del Rey, Abel Moreno, entre otros muchos directores y amigos, recibiendo homenajes en muchas ciudades andaluzas y del resto de España, destacando los realizados por la Hermandad de la Sed de Sevilla, La Expiración de Málaga o el Ayuntamiento de Sevilla…

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