jueves, 31 de mayo de 2012

ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN MACARENA

Ntra. Sra. de la Esperanza Macarena Coronada, Sevilla
Foto: E. Jesús Diaz Pérez
El día estaba cerrado en lluvia, todo presagiaba que no iba a trascurrir los hechos  como estaban planeados. La S.M.I. Catedral de Sevilla se estaba preparando para acoger un acto que no quería perderse y que ella quería ser la gran testigo de ese hecho que marcaría un antes y un después en la religiosidad popular. La vetusta piedra viva quería recoger en forma de negativo un acontecimiento que podría datarse de Asunto de Estado, ya que todo un gobierno con su Jefe de Estado a la cabeza acudieron a tan magno acto. La lluvia no fue casualidad, ya que este que escribe no cree en las casualidades, sino en la Divina Providencia, y es que la Catedral como Primer Templo de la Diócesis, no podía dejar perder este rito que el Cardenal Bueno Monrreal iba a impartir. Ella no tuvo nada que improvisar, estaba como siempre preparada para el acontecimiento. Recibió al Alcalde, que actuó de padrino, así como a las Hermanas de Cruz que fueron las Madrinas, amen acogió a todos los hermanos de la hermandad y así como a los fieles devotos de esta milenaria ciudad. Y es que el acontecimiento no podría ser menos, ya que se iba a Coronar Canónicamente a Ntra. Sra. Reina y Madre de la Esperanza Macarena. Y este evento, no podría perdérselo la Metropolitana Catedral Hispalense, que como en la madrugada sevillana quería acoger a la Madre más querida de entre los mortales en el día de su Bendita Coronación.

miércoles, 9 de mayo de 2012

LA PIEDAD DEL CONVENTO DE STA. INÉS


Capilla de la Piedad en el convento de Sta. Inés
Foto: E. Jesús Díaz Pérez


El convento de Santa Inés fue fundado por Doña María Coronel, viuda de Juan de la Cerda, muerto por orden del rey Pedro I, Cruel oJusticiero, durante su reinado (1350-69). Tras la muerte de su marido, y para huir del acoso del monarca, María Coronel se refugió en la desaparecida ermita de San Blas, en la zona de la calle Feria, profesando posteriormente como monja del convento de Santa Clara, donde se desfiguró el rostro con aceite hirviendo para que el monarca desistiera de su empeño. Tras la muerte del rey don Pedro en 1369, y la llegada al tro­no de Enrique de Trastamara, la familia Fernández Coronel recuperó sus posesiones y doña María consiguió su propósito de fundar un convento de la orden de Santa Clara. Corría el año 1374. La licencia para la nueva fundación llegaría el 2 de diciembre, de manos del arzobispo sevillano Fernando de Albornoz. Las primeras obras del conjunto quedaron termina­das en 1376, quedando constituida la comunidad por un total de cuarenta monjas que procedían de otros conventos francisca­nos, el de Santa Clara de Sevilla y el de Moguer. De sus depen­dencias interiores destaca el gran patio o claustro principal es conocido con el nombre de el Herbolario, una notable estancia renacentista en la que pervivien algunos elementos góticos y mudejares. En tres de sus esquinas, presenta altares a modo de capillas abiertas, destacando el que representa el tema de la Piedad, un abigarrado conjunto del siglo XVIIÍ en el que se mezclan numerosas figuras en torno a la Virgen y Cristo muer­to, con numerosos ángeles, alegorías de la muerte o del infier­no. Centra la composición la escena de Cristo muerto en brazos de la Virgen, con una policromía de notable calidad y añadidos como la pequeña corona de plata. Sobre el fondo aparece una representación ideal de Jerusalén, marco arquitectónico sobre el que se sitúan ángeles y arcángeles de gran movimiento y mar­cada teatralidad barroca. A los pies de la composición aparece la alegoría del mal vencido simbolizado por un grotesco demonio y la iconografía de la muerte simbolizada por un esqueleto abatido que sigue los modelos de las vanitas barrocas o del conocido triunfo de la Santa Cruz de la hermandad del Santo Entierro. Un conjunto de notable tamaño, unos dos metros de altura, en el que se mezclan el empleo del barro cocido, la talla en madera y el empleo de telas encoladas, en una espectacular composición de autor anónimo que puede recordar a las formas de autores del sigo XVIII como Cristóbal Ramos. Una obra apenas conocida, recientemente restaurada, que esconde en un rincón del convento de Santa Inés un compendio de la Semana Santa sevillana, de la Cruz a la Resurrección, de la Piedad a la Canina, de la cofradía en la calle al Barroco teatral en el ángulo, tal vez olvidado, de un claustro sevillano.

martes, 8 de mayo de 2012

UNAS PEQUEÑAS HIPÓTESIS DE NUESTRA RELIGIOSIDAD POPULAR

Capilla Stmo. Cristo de la Escucha.
Gran devoción almeríense
A raíz de la última entrada, he recibido alguna que otra llamada para entablar debate sobre el porqué nuestra tierra es podre en espíritu cofrade.
Entre las más barajadas esta la hipótesis de que Almería ha sido desde sus orígenes históricos  puerta de entra a numerosas culturas creándose así un número bastante elevado de diferentes mezclas étnicas, pero claro si eso lo comparamos con otras ciudades andaluzas como Málaga, Cádiz o Huelva, que también son tierras costeras y a la vez entrada de diversas culturas, y en cambio son también famosas por sus grandes devociones, como es el caso de del Cautivo, la Expiración, Jesús el Rico, Mena o la Esperanza en Málaga. El Rosario y el Medinaceli en Cádiz y Victoria, o el Nazareno en Huelva. Con que esta teoría, no es del todo muy válida, ya que algo de razón tienen, pero no es del todo acertada. Otra hipótesis es que la ciudad de Almería no ha sido tierra de alta nobleza y terratenientes con lo cual no fue una medina donde afloraran los monasterios y conventos masculinos ni femeninos, los cuales utilizaban la religiosidad popular  para evangelizar a la población y acercarla a la fe católica, consecuencia de esta hipótesis es que no es un tierra muy religiosa.
Sean cuales sean los motivos de esta apatía, no es motivo para dejar de trabajar por nuestra religiosidad popular, ya que hemos conseguido mucho y siempre contra corriente, tanto con las instituciones religiosas y políticas, ya que ellas nos apoyan por el número de ciudadanos que representamos, no por lo que somos. Vetusta no ha querido hacer ninguna tesis doctoral del tema, sino mas bien mirar los motivos de esta realidad que nos circunda.  

domingo, 6 de mayo de 2012

SEAMOS REALITAS POR FAVOR

Ntra. Sra. de la Victoria Coronada, Huelva
Autor: D. Luis Álvarez Duarte
Foto: E. Jesús Díaz Pérez
Cuando lean este entrada le pediría que hicieran una cura de humildad, para que así nadie se sienta ofendido cuando terminen de examinarla.
Este pasado sábado, he estado en Huelva en la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de la Victoria del barrio del populoso y humilde del Polvorín. He podido ver como un pueblo se vuelca otra vez con sus tradiciones, con sus raíces, con la herencia que les dejaron sus mayores, porque otra vez volví a cangrejear en volandas  por la cantidad tan exagerada de público y fieles que acompañaban a la que llamaban los onubenses la Reina de Huelva.
No faltaron las lluvias de pétalos, un largo repertorio de sevillanas dedicadas a la Madre Coronada, que este que escribe pudo oír más de diez, colgaduras en los balcones en todo el recorrido, guirnaldas, banderitas y farolillos de colores, y todo eso en su recorrido por los barrios que iba pasando para llegar al suyo propio. Los vítores se multiplicaban por todos los rincones de su Itinerario.
He narrado muy brevemente algunos de los detalles de la procesión  triunfal y de gloria tras su coronación camino de su barrio que ha sido el artífice de dicho acto.  Pues lo he descrito para que de alguna manera podemos ver el camino no de rosas pero si de espinas que tenemos que recorrer en nuestra tierra urcitana para llegar a esos momentos mínimos de religiosidad popular.  Digo esto porque todavía por desgracia no ha habido muestras de arraigo en nuestras salidas extraordinarias. Algunas veces nos conformamos con ver alguien en las aceras y decimos que había público, pero es una manera de conformismo, también cuando buscamos la finalización de las Eucaristías a su paso por los templos, etc., etc., etc…  y un largo sin fin de buscar esos datos positivos que no existieron en la realidad pero que nos conformamos a la hora de hacer la crónica de la salida extraordinaria. La verdad sea dicha, ninguna de las extraordinarias ha funcionado y no nombro a ninguna, aunque cuando terminen de leer este post no tendréis la humildad necesaria para hacer una perfecta refutación para llegar a una verdadera mayéutica.  Y todo porque queremos ir más allá  de la realidad que circunda nuestra sociedad almeriense, me hace gracias cuando ya son un fracasos rotundo esas salidas extraordinarias y nos conformamos con decir que la Virgen sale a la calle para el disfrute de sus cofrades, pero señores, si por desgracia no van ni los cofrades, si yo he visto extraordinarias con seis hermanos con cirio y otra iban formando el cortejo con cirio la familia de los orfebres, bordadores, etc… por que los hermanos no respondieron.  ¡Ojo!, que no culpo las juntas de gobierno las pobres ya tiene lo suyo con tirar del carro, sino que a la hora de organizar un acto primero seamos realistas con la propia realidad que nos circunda y luego trabajemos con lo que tenemos para en un futuro próximo podamos vivir esa otra realidad que ahora anhelamos. Pero todo esto sin prisa pero tampoco sin pausa, como dice uno de mis pupilos cuando no se sabe la lección, “Zamora no se conquistó en una hora”.  Como último dato hablo de las salidas extraordinarias celebradas hasta 2010, de ahí en adelante no opino porque no estuve presente, aunque si tuve diversas narraciones, pero de esas crónicas no me fio, ya que el amor a la cofradía, el compadreo así como el rebotamiento a la misma, están presentes en la narración.

jueves, 3 de mayo de 2012

BREVES RESEÑAS DE LA FIESTA DE LA CRUZ


Cruz de Mayo´12 de la Hdad. de Pasión, Almería
Fotografía: E. Jesús Díaz Pérez
En la fecha del 3 de mayo la Iglesia conmemora la festi­vidad del hallazgo de la Santa Cruz por Elena, esposa de un oficial romano llamado Constancio Cloro y madre del Emperador romano Constantino. En una peregrinación a Tierra Santa inició la labor de búsqueda de la Cruz donde fue martirizado Jesús, encontrando tres cruces, y la tabla sobre la que se había escrito en hebreo, griego y latín: Jesús Nazareno Rey de los Judíos. Así se produjo la invención —el descubrimiento: inventio en latín significa venir hasta algo, encontrar— de la Santa Cruz del Señor, que había perma­necido oculta durante tres siglos. El traslado posterior de los fragmentos de la cruz a Roma y su posterior dispersión en miles de pequeños fragmentos provocaría el extendido culto al Lignum Crucis como una forma de recuerdo de la Pasión y Muerte de Cristo.
Sirva el anterior apunte como referencia histórica de la importancia que se dio desde época medieval a los fragmentos de la  Cruz de Cristo, un culto que se dispersaría por numerosos rincones de la geografía euro­pea y que debió llegar a Sevilla, con todas las caute­las que impone la distancia, con el asentamiento de la orden franciscana en la ciudad en los años posteriores a la Reconquista, ya en la segunda mitad del siglo XV. ¿Cuándo se puede hablar de culto público, cofradías o procesiones? En nuestra ciudad tenemos el mayor ejemplo con la llamada Cruz de Caravaca, que representa una cruz en el llamado humilladero de la ciudad que servía para el rezo de los viajeros. Los primeros testimonios de la popularización de la fiesta de la Cruz de Mayo que conocemos se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes. En cualquier caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la conocemos alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para empezar a decaer a principios del XX. No es hasta el último cuarto del recién siglo pasado cuando empiezan a recuperarse teniendo su esplendor a finales del S.XX y principio del XXI.