jueves, 25 de octubre de 2012

RECORDANDO MEMORIA HISTÓRICA V


San Román. Los Gitanos. La Hermandad Sacramental

     La Hermandad de los Gitanos residía en San Román desde el 8 de no­viembre de 1880. La tarde del 18 de julio, al tener noticia de los disturbios que se producían, varios hermanos residentes en Triana se dispusieron a acudir al templo con el objeto de impedir lo que lamentablemente ocurri­ría. El taxi que los llevaban hasta San Román no pudo pasar por el puente de Triana, controlado por fuerzas armadas que interceptaban el paso hacia el centro de Sevilla.
      El incendio tuvo un frustrado antecedente. En diciembre de 1933 va­rios jóvenes arrojaron gasolina a la puerta de la iglesia, prendiéndole fuego. La rápida intervención vecinal impidió que este incidente se trocara en ca­tástrofe. Días más tarde detuvieron y enviaron a prisión a tres individuos:
Francisco J. M. (a) "el Alfonso", Francisco N. B. (a) "el Ventila" y Diego S. R. (a) "el Sanlúcar". "El Ventila" era el promotor del incendio y propuso a sus compañeros quemar iglesias y conventos, ya que en Sevilla no había tenido repercusión el movimiento anarcosindicalista.
De la antiquísima parroquia de San Román, construida en el siglo XIV, se perdieron la techumbre y la bóveda del presbiterio como elementos de la fábrica, salvándose algunos arquitectónicos: la torre barroca, los pilares, los muros y las dos portadas, así como una escultura de piedra sobre la princi­pal. Casi todo el patrimonio con que contaba este templo, se perdió bajo las llamas. Destacaba el retablo mayor obra de Felipe y Dionisio de Rivas.
En la capilla de la Virgen de la Granada, situada en la cabecera de la nave de la Epístola, recibían culto en un altar lateral las imágenes de la Hermandad de los Gitanos, desaparecidas bajo las llamas, junto a muchos de los enseres que se guardaban en el interior de la iglesia. Eran anóni­mas, atribuidas a diversos imagineros como Martínez Montañés o a Duque Cornejo, el Señor; y a Montes de Oca la Virgen de las Angustias. Otras pérdidas importantes fueron el archivo y el palio negro bordado en oro, bajo el que salía la Dolorosa desde 1919. Entre los bienes que desaparecie­ron junto a las primitivas tallas, cabe destacarse el paso del Señor de estilo barroco, estrenado en 1930 y una rica túnica morada, bordada en oro y donada por un cofrade, matador de toros: Francisco Vega de los Reyes "Gitanillo de Triana".
La Corporación, que había encontrado una sede duradera después de casi dos siglos de peregrinaje, se vio obligada a establecerse en la iglesia filial de Santa Catalina, donde se bendijeron las nuevas imágenes que realizó Antonio Rodríguez Fernández-Andes: La Virgen de las Angustias el 14 de marzo de 1937 y el Señor de la Salud el 10 de abril de 1938. El día 1 de enero de 1950 fueron trasladados los titulares a San Román, una vez finalizadas las obras.
La Hermandad del Santísimo Sacramento no sobrevivió al incendio, desapareció al igual que todo su patrimonio. La capilla, que se encontraba en la cabecera de la nave del Evangelio, tras las obras de reconstrucción quedó convertida en sacristía. En 1956, Los Gitanos adquirió la condición Sacramental, pero no es la continuadora de esta antiquísima fundada en 1567. En algún momento anterior a su llegada a San Román, ostentó esta titulación eucarística. Debió ser al residir en alguno de los templos por los que pasó en los siglos XVIII y XIX.


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