San Román. Los Gitanos. La Hermandad Sacramental
La Hermandad de los Gitanos residía en San Román desde el 8 de noviembre
de 1880. La tarde del 18 de julio, al tener noticia de los disturbios que se
producían, varios hermanos residentes en Triana se dispusieron a acudir al
templo con el objeto de impedir lo que lamentablemente ocurriría. El taxi que
los llevaban hasta San Román no pudo pasar por el puente de Triana, controlado
por fuerzas armadas que interceptaban el paso hacia el centro de Sevilla.
El incendio tuvo un frustrado
antecedente. En diciembre de 1933 varios jóvenes arrojaron gasolina a la
puerta de la iglesia, prendiéndole fuego. La rápida intervención vecinal
impidió que este incidente se trocara en catástrofe. Días más tarde detuvieron
y enviaron a prisión a tres individuos:
De la antiquísima parroquia de San Román,
construida en el siglo XIV, se perdieron la techumbre y la bóveda del
presbiterio como elementos de la fábrica, salvándose algunos arquitectónicos:
la torre barroca, los pilares, los muros y las dos portadas, así como una
escultura de piedra sobre la principal. Casi todo el patrimonio con que
contaba este templo, se perdió bajo las llamas. Destacaba el retablo mayor obra
de Felipe y Dionisio de Rivas.
En la capilla de la Virgen de la Granada,
situada en la cabecera de la nave de la Epístola, recibían culto en un altar
lateral las imágenes de la Hermandad de los Gitanos, desaparecidas bajo las
llamas, junto a muchos de los enseres que se guardaban en el interior de la
iglesia. Eran anónimas, atribuidas a diversos imagineros como Martínez
Montañés o a Duque Cornejo, el Señor; y a Montes de Oca la Virgen de las
Angustias. Otras pérdidas importantes fueron el archivo y el palio negro
bordado en oro, bajo el que salía la Dolorosa desde 1919. Entre los bienes que
desaparecieron junto a las primitivas tallas, cabe destacarse el paso del
Señor de estilo barroco, estrenado en 1930 y una rica túnica morada, bordada en
oro y donada por un cofrade, matador de toros: Francisco Vega de los Reyes
"Gitanillo de Triana".
La Corporación, que había encontrado una
sede duradera después de casi dos siglos de peregrinaje, se vio obligada a
establecerse en la iglesia filial de Santa Catalina, donde se bendijeron las
nuevas imágenes que realizó Antonio Rodríguez Fernández-Andes: La Virgen de las
Angustias el 14 de marzo de 1937 y el Señor de la Salud el 10 de
abril de 1938. El día 1 de enero de 1950 fueron trasladados los
titulares a San Román, una vez finalizadas las obras.
La Hermandad del Santísimo Sacramento no
sobrevivió al incendio, desapareció al igual que todo su patrimonio. La
capilla, que se encontraba en la cabecera de la nave del Evangelio, tras las
obras de reconstrucción quedó convertida en sacristía. En 1956, Los Gitanos
adquirió la condición Sacramental, pero no es la continuadora de esta
antiquísima fundada en 1567. En algún momento anterior a su
llegada a San Román, ostentó esta titulación eucarística. Debió ser al residir
en alguno de los templos por los que pasó en los siglos XVIII y XIX.
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