CAPILLA DE LA HERMANDAD DE MONTE-SION.
Debido
al mal estado de conservación de su capilla, la Hermandad de Monte-Sión
trasladó el día 1 de julio de 1931 a sus imágenes a la iglesia de San Martín.
En este periodo, la deteriorada sede de la calle Feria se utilizaba como
almacén, aunque se habilitaba para que saliese la Cofradía'2.
El
18 de julio, la capilla fue asaltada e incendiada. Desaparecieron el
antiquísimo Cristo de la Salud, las tallas de los apóstoles que completaban el
Misterio de la Oración en el Huerto, un cuadro de El Salvador, la corona de la
Virgen del Rosario, las Reglas de la Corporación y las insignias53.
Los pasos fueron sacados a la calle y devorados por el fuego. Entre los
destrozos cabe destacar el palio de malla, estrenado en 1926, diseñado por
Ramón Ferrero y bordado por Victoria Caro. Un trozo de bambalina, recogido por
una bordadora, es conservado en el taller de Sucesores de Esperanza Elena Caro.
Del paso de palio sólo se salvaron el manto, por no encontrarse en la capilla y
la "gloria" -bordada por Bárbara Pardal-, que representa a la Virgen
entregando el Rosario a Santo Domingo.
En el muro del Evangelio, se levantaba un retablo de la segunda mitad
del XVII donde se veneraba al Cristo de la Salud. Desde que la capilla se
cerró, el Crucificado estaba guardado en un armario y tras el destrozo sólo
quedó de Él un brazo clavado en la cruz54. Años después esta
reliquia desapareció. En el muro frontero recibía culto el Señor de la Oración
en el Huerto. Su retablo fue destruido. También fueron destrozados o se perdieron
varias pinturas que representaban la Cena Sacramental, la Inmaculada, San
Francisco de Asís, la Virgen entregando el Rosario a Santo Domingo de Guzmán,
entre otros. Una talla de vestir de este último santo que se encontraba en la
sacristía, ornamentos y otros bienes litúrgicos, engrosaron sus pérdidas. El
Jueves Santo de 1937, sorprendentemente, salió la Cofradía con pasos, túnicas
y multitud de enseres prestados.
El
nuevo Crucificado de la Salud fue tallado por Luis Ortega Bru y costeado por el
hermano mayor José Luis Ruiz Muñoz, quien lo donó el 7 de septiembre de 1954.
Los apóstoles, obra del escultor Castillo Lastrucci (1950), fueron donados por
el viceteniente de hermano mayor Ramón Pol Carbonell.
Las obras de restauración y consolidación de la capilla terminaron en
1952. El principal benefactor e impulsor de estos trabajos fue el hermano mayor
Domingo Planas Babío. El 14 de diciembre de ese año retornaban las imágenes a
su templo, después de 20 años de exilio. Al día siguiente se reabría al culto.
Este traslado se llevó a cabo sobre andas procesionales: la Virgen del Rosario,
sobre el paso de la del Amparo, el Señor de la Oración en el Huerto en el
pequeño paso dorado con candelabros de la Virgen del Carmen de Calatrava,
mientras que el ángel confortador llegaba a su capilla reconstruida sobre
parihuelas. El recorrido discurrió por San Martín, Saavedras, Alberto Lista,
Torrejón, Europa, Alameda, Trajano, Duque, Campana, Martín Villa, Laraña,
Encarnación, Alcázares, Sor Ángela, -haciendo estación en el Convento de las
Hermanas de la Cruz-, San Juan de la Palma y Feria.
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