jueves, 27 de septiembre de 2012

RECORDANDO MEMORIA HISTÓRICA, II


Dolorosa de la O, atribuída a Pedro Roldal
destruída por el Frente Popular(PSOE, PCE, CNT)
PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA O
 
El templo propio de la Hermandad de la O fue elevado al rango parro­quial en 1911. En 1936 continuaba como párroco Pedro Lagares Ramos, que celebraba sus bodas de plata al frente de la feligresía. La iglesia no fue incendiada, pero sufrió asalto y expolio por una turba que destrozó una gran parte de su patrimonio artístico. Esto sucedió en la mañana del lunes 20 de julio. Se pudo comprobar con posteriori­dad que hubo intento de incendio en la sacristía y en la capilla Sacramental, por fortuna, fallidos.
Los asaltantes se dirigie­ron en un primer momen­to a la casa del párroco, en la calle Castilla (actual n° 39), frente a la iglesia, para requerirle las llaves. Tras su negativa, el sacerdote fue agredido brutalmente. Una vez conseguidas, el templo quedó a merced de los asal­tantes, que arrojaron a la calle enseres, imágenes y ornamentos sagrados, para destrozarlos salvajemente. Esta vorágine destructiva pudo ser aún mayor por­que, al parecer, la aborta­ron fuerzas militares. Los restos del saqueo, introducidos en el templo, fueron inventariados para evaluar. Los daños. Cuando los asaltan­tes fueron detenidos, el párro­co intercedió por ellos ante las autoridades.

La imagen de Jesús Nazare­no fue decapitada y sus ojos va­ciados. El cuerpo quedó severa­mente mutilado y los pies parti­dos. Los trabajos de reparación de esta venerada talla estuvieron a cargo de Antonio Castillo Las-trucci, en los últimos meses de 1936. La restauración del Señor fue bendecida el 20 de febrero del siguiente año por el carde­nal Ilundain.

En cuanto a la Dolorosa de la O, de gran devoción en el barrio, también sufrió las iras de los revolucionarios. Salvaje­mente destrozada, le sacaron los ojos a puñaladas, quedando el rostro seriamente desfigurado. Castillo Lastrucci emitió un in­forme que no dejaba lugar a dudas sobre la evaluación de los desperfectos:

Los destrozos causados en la misma son de tal importancia que no permiten restauración alguna, toda vez que el rostro está mutilado y seccionado con tal saña que, por mucha atención y esmero que se pusiese en su restauración, tendría ésta que resultar defectuosa.

Tras el demoledor dictamen, se le encargó una nueva, bendecida el Lunes Santo de 1937.
  
    A la Virgen de la O gloriosa, también le fueron arrancados los ojos, subsistiendo el resto de la cara, una mano y el candelera. Una corona y ráfaga fueron machacadas, junto a otros elementos de culto. Al igual que el Nazareno, esta imagen letífica fue restaurada por el imaginero de la calle San Vicente.

Dos joyas, la Cruz de carey y plata y el manto de la Virgen, -recién estrenado- habían sido retirados de la parroquia. Se encontraban deposita­dos en una espartería que regentaba un hermano, por lo que no sufrieron las consecuencias del asalto.

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