Stmo. Cristo del Calvario, Hdad. del mismo nombre de Sevilla Foto: E.Jesús Díaz Pérez |
El año 1632 es decisivo para la vida de
Francisco de Ocampo, ya que el día 3 de marzo muere su esposa, Lorenza Ponce,
si bien contrae años después nuevo matrimonio con Ana María, de la que se
desconocen otros datos, como igualmente la fecha del mismo. En 1637, Ocampo
realiza
su ùltima obra, la imagen de Santo Domingo penitente por encargo de Antonio de Salva, para la isla de La Palma, en el archipiélago canario.
Sintiéndose enfermo e intuyendo la cercanía de la muerte, Francisco de Ocampo otorga testamento en el año 1639 nombrando albacea testamentaria a su esposa y al pintor Baltasar
Tintero. Este documento, que esta datado con fecha 26 de diciembre de 1639, dice, entre otras
cosas, lo siguiente: "Francisco de Ocampo. maestro escultor,
vezino de la collación de San Martin, estando enfermo de cuerpo y fano de la
volunta hago y ordeno este mi testamento en la manera figuiente:
Que mi cuerpo sea sepultado en la Yglesia de San
Martin y entierro que tengo
Declaro que yo case primeramente con Doña
Lorenca Ponce auer 3 7 años
Declaro que yo me case segunda vez con Doña Ana
María Declaro que deuo al Conuento de monjas de San Clemente el Real
Desta ciudad feiciebtos reales de
resto de todas quantas hasta hoy
Día mando fe le pague
Nombro por mis albaceas
testamentarios a Baltafar Quintero
Maestro pintor y a Doña Ana María, mi muger.
Nombro a mis unibersales herderos a Fernando de
Ocampo, aufent en Yndia y a Salvador de Ocampo, mis hijos legítimos y de doña
Lorenca Ponce, mi primera mujer".
El día 28 de diciembre de 1639, el
escultor fallecía en su domicilio sevillano de la collación de San Martin,
donde vivía desde el mes de abril de 1631, siendo enterrado en la Iglesia del
mismo nombre.
En relación a sus características
artísticas, Francisco de Ocampo fue uno de los escultores más fecundos de su
época, ya que no se limitó a la imaginería religiosa sino también a retablos,
esculturas decorativas, etc. Y pese a haber recibido influencias estilísticas
de otros artistas con los que convivio, así como de los maestros escultores en
cuyos talleres recibió la adecuada formación, su obra se caracteriza por unas
peculiaridades derivadas de su propia personalidad, que permiten distinguirlas
de la de otros artistas coetáneos suyos. Y así, el ilustre profesor Bernales
dice : "Si bien su formación inicial procede del
manierismo seria mas versátil que otros artistas de su generación, ya que
conjuga posturas de progenie manierista con detalles de efectos realistas
propios del momento". En definitiva, y sin perjuicio de su
clara tendencia manierista, Ocampo, presenta en su obra síntomas de su propia
personalidad, manifestada en su preocupación por evolucionar y superarse, lo
que le condujo, según Hernández Díaz, a "utilizar distintos elementos que
van desde el clasicismo hasta el barroco incipiente".
En lo referente a su obra, este imaginero
jiennense fue muy prolijo ya que desde el año 1606 que realizó su primera obra,
San Nicolás de Tolentino, hasta el año 1637 en el que culminó su carrera
artística, Santo Domingo Penitente, ejecutó 66 obras divididas en imágenes,
retablos y relieves, a las que habría que añadir las atribuidas, conformando un
total de 81.
Finalmente, de sus obras documentadas se
pueden citar el Santísimo Cristo del Calvario, la Inmaculada
Concepción con el Niño Jesús, para el Convento de
Santa Clara (Colombia), un retablo para la iglesia parroquial de Santa Ana de
Sevilla, un San Francisco de Asís para el convento de San Antonio de Padua de
la misma ciudad, y, sin perjuicio de otras, una Santa Inés para el convento de
Santa Inés de Sevilla. Como obras atribuidas e, igualmente, entre otras, la
imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno (El Silencio) para la iglesia de San
Antonio Abad de Sevilla, el Santísimo Cristo de la Salud para la capilla de la
Hermandad de la Carretería y el relieve del Bautismo de San Juan Bautista, para
el convento de San Leandro de Sevilla.
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