lunes, 30 de julio de 2012

FRANCISCO DE OCAMPO I


Pintura, Ntr. Padre Jesús Narareno,
El Silencio Sevilla
Fueron sus padres Fernán González de Felguera y María Inés de Tablada, si bien y siguiendo una costumbre esta­blecida con carácter general en aquella época, Francisco recibió el apellido primero de su abuelo y el segundo de su padre, Felguera, renunciando al de su madre, de Tablada. Francisco fue el primero de los hijos habidos del matri­monio, recibiendo las aguas bautismales en la Iglesia Parroquial de la Asunción, sin que se pueda concretar la fecha exacta a causa de haber desaparecido los archivos parroquiales en 1936, durante la Guerra Civil española.
A los 14 años de edad (1593), Francisco de Ocampo, con toda la ilusión de su juventud, interés de aprender el arte de trabajar la madera y con la sana intención de alcanzar el éxito, se trasladó a Sevilla, donde residía su tío Andrés Ocampo, en cuyo taller ingresa poniéndose bajo su protec­ción e iniciándose en el aprendizaje artístico. No mucho tiempo después es admitido en el taller de Juan de Oviedo y de la Bandera, conocido como El Mozo, y más tarde en el de Juan Martínez Montañés, recibiendo de todos ellos sus influencias artísticas. El hecho de ingresar en el taller de su tío no impidió que tuviera que formalizar el preceptivo contrato de aprendizaje en el que se establecían las cláusu­las en las que figuraban los derechos y obligaciones a los que cada uno se comprometía.
En el año 1600, Francisco de Ocampo, después de per­manecer siete años como aprendiz, obtuvo el título que le capacitó para ejercer el oficio, y al igual que otros aprendi­ces tuvo que realizar dos esculturas distintas para obtener el título que le permitiera independizarse y abrir taller pro­pio: una desnuda para poder comprobar sus conocimientos anatómicos y otra vestida para apreciar la forma de realizar los plegados de vestidos, túnicas, capas, etc.
Su afán, no solo por adquirir mas conocimientos artís­ticos sino también por perfeccionarlos, lleva al escultor a no abrir su propio taller pues decide, con la anuencia y el consentimiento de Juan de Oviedo ingresar en su taller, ya con la categoría de oficial y en el que Ocampo cobraba la cantidad de 1296 reales en concepto de honorarios.
El día 4 de marzo de 1602, Ocampo contrae su pri­mer matrimonio con Lorenza Ponce, hija de Salvador Campos, pintor de profesión y de Inés de Ponce. De este primer matrimonio nacieron tres hijos, Francisco, Fernando y Salvador.
En el año 1603 Francisco de Ocampo inicia de for­ma independiente su producción artística, ejecutando su primera obra documentada: una imagen de San Nicolás de Tolentino, encargo del pintor Blas Gutiérrez vecino de la localidad de Ecija, recibiendo a partir de esta fecha un importante número de encargos que va realizando a lo largo de los años. De estos años se pueden citar 1611 y 1614, en los que esculpe la magnifica talla del Cristo del Calvario, la de San Angelo para el convento de San Alberto de Sevilla y el retablo e imagen de San Diego de Alcalá, para la Iglesia de San Francisco de la ciudad cordobesa de Palma del Rio, por encargo de Fray Juan de la Barrera, franciscano del convento de Nuestra Señora de Aguas Santas. Los encargos aumentaron de tal manera
que Ocampo se vio obligado en varias ocasiones a tener que cambiar su taller a distintas collaciones como la Magdalena, San Vicente, San Lorenzo (Calle Tiros), y San Martin (calle Pepino) y a admitir en el mismo a numero­sos aprendices a los que les enseño a esculpir la madera. De entre ellos se deben destacar a Francisco Cabrera y el que se supone el último de todos: Manuel Morales, de nacionalidad portuguesa, sin olvidar a otros como Juan de la Barrera y Hernando de las Casas.

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