Pintura, Ntr. Padre Jesús Narareno, El Silencio Sevilla |
Fueron sus padres Fernán González de
Felguera y María Inés de Tablada, si bien y siguiendo una costumbre establecida
con carácter general en aquella época, Francisco recibió el apellido primero de
su abuelo y el segundo de su padre, Felguera, renunciando al de su madre, de
Tablada. Francisco fue el primero de los hijos habidos del matrimonio,
recibiendo las aguas bautismales en la Iglesia Parroquial de la Asunción, sin
que se pueda concretar la fecha exacta a causa de haber desaparecido los
archivos parroquiales en 1936, durante la Guerra Civil española.
A los 14 años de edad (1593), Francisco de
Ocampo, con toda la ilusión de su juventud, interés de aprender el arte de
trabajar la madera y con la sana intención de alcanzar el éxito, se trasladó a
Sevilla, donde residía su tío Andrés Ocampo, en cuyo taller ingresa poniéndose
bajo su protección e iniciándose en el aprendizaje artístico. No mucho tiempo
después es admitido en el taller de Juan de Oviedo y de la Bandera, conocido
como El Mozo, y más tarde en el de Juan Martínez Montañés, recibiendo de todos
ellos sus influencias artísticas. El hecho de ingresar en el taller de su tío
no impidió que tuviera que formalizar el preceptivo contrato de aprendizaje en
el que se establecían las cláusulas en las que figuraban los derechos y
obligaciones a los que cada uno se comprometía.
En el año 1600, Francisco de Ocampo,
después de permanecer siete años como aprendiz, obtuvo el título que le
capacitó para ejercer el oficio, y al igual que otros aprendices tuvo que
realizar dos esculturas distintas para obtener el título que le permitiera
independizarse y abrir taller propio: una desnuda para poder comprobar sus
conocimientos anatómicos y otra vestida para apreciar la forma de realizar los
plegados de vestidos, túnicas, capas, etc.
Su afán, no solo por adquirir mas
conocimientos artísticos sino también por perfeccionarlos, lleva al escultor a
no abrir su propio taller pues decide, con la anuencia y el consentimiento de
Juan de Oviedo ingresar en su taller, ya con la categoría de oficial y en el
que Ocampo cobraba la cantidad de 1296 reales en concepto de honorarios.
El día 4 de marzo de 1602, Ocampo contrae
su primer matrimonio con Lorenza Ponce, hija de Salvador Campos, pintor de
profesión y de Inés de Ponce. De este primer matrimonio nacieron tres hijos,
Francisco, Fernando y Salvador.
En el año 1603 Francisco de Ocampo inicia
de forma independiente su producción artística, ejecutando su primera obra
documentada: una imagen de San Nicolás de Tolentino, encargo del pintor Blas
Gutiérrez vecino de la localidad de Ecija, recibiendo a partir de esta fecha un
importante número de encargos que va realizando a lo largo de los años. De
estos años se pueden citar 1611 y 1614, en los que esculpe la magnifica talla
del Cristo del Calvario, la de San Angelo para el convento de San Alberto de
Sevilla y el retablo e imagen de San Diego de Alcalá, para la Iglesia de San
Francisco de la ciudad cordobesa de Palma del Rio, por encargo de Fray Juan de
la Barrera, franciscano del convento de Nuestra Señora de Aguas Santas. Los
encargos aumentaron de tal manera
que Ocampo se vio
obligado en varias ocasiones a tener que cambiar su taller a distintas
collaciones como la Magdalena, San Vicente, San Lorenzo (Calle Tiros), y San
Martin (calle Pepino) y a admitir en el mismo a numerosos aprendices a los que
les enseño a esculpir la madera. De entre ellos se deben destacar a Francisco
Cabrera y el que se supone el último de todos: Manuel Morales, de nacionalidad
portuguesa, sin olvidar a otros como Juan de la Barrera y Hernando de las
Casas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario