miércoles, 2 de noviembre de 2011

NOVIEMBRE ME RECUERDA AL REALISMO ESPAÑOL

Ntra. Sra. Reina y Madre del Consuelo.
Ataviada de luto por Juan Rosales Hermoso
Foto: D. Victor González Felices.
Ya me hubiera gustado a mí vivir en aquella época del realismo español, en las que se podía disfrutar auténticamente las costumbres y tradiciones. En el que el otoño se vivía totalmente nostálgico. Pasear en aquellos dorados atardeceres con el ruido del crujir de hojas secas, poder descansar aquellas tardes en el salón de nuestra casa, al calor de la chimenea, mientras poder recibir alguna visita portadoras de algún que otro cuento, o algún dime y direte de actualidad. Poder saborear tazas de café, o de chocolate, extraído a casa desde las fincas amigas de algún pariente lejano que para presumir lo enviaba, y uno que no es tonto se lo tomaría con bastantes ganas. Siempre que he leído la Regenta, he envidiado ese tipo de vida, sobre todo cuando cuándo disfruto de su lectura de aquellas secuencias de los cortos y húmedos atardeceres en los jardines de la casa de nuestro anciano magistral. Sobretodo, si la lectura la realizo en la ciudad de Sevilla en una tarde lluviosa que suma más de una, de dos y de tres jornadas de agua. Por eso cuando llega esta época, y recorro las calles y plazas de nuestras ciudades y además observo alguna que otra imagen dolorosa ataviada de luto por el mes de los difuntos y que su humilde terno se asemeja aquella época del realismo español, no puedo evitar recordar la novela que en su día escribiera Leopoldo Alias Clarín.

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