lunes, 21 de noviembre de 2011

BIENVENIDOS A UNA NUEVA ESPAÑA

     Cuándo Alfonso XII entró victorioso en Madrid después de un inmerecido exilio, subido este en un corcel blanco, había a lo largo de su recorrido un señor que lo vitoreaba mas de la cuenta, hasta dejarse la garganta en el aire  gritando, ¡viva Alfonso XII!, ¡viva Alfonso XII!, y un señor que estaba a su lado le decía tapándose las orejas, -¿no se cansa usted de gritar?, contestándole el individuo, más grité para echar a la madre.
      Dirán ustedes que tiene que ver la entrada de aquel monarca que venía a reinar tras un breve exilio, con lo que pasó en el día de ayer en todo el territorio del reino español. Pues se lo explico a ustedes en breves palabras, que los mismos que le dieron la confianza al partido socialista, han sido ahora los que lo han castigado. Este es el juego de la democracia, que es el pueblo el que da la confianza y el que castiga, teniendo su fuerza en las urnas.
       Los que me conocéis sabéis muy bien cuál es mi tendencia política y que estoy bastante contento, la verdad que tengo una alegría de órdago. Hace casi cuatro años yo me creía que iba a ser imposible que el partido de centro derecha fuera a dirigir los destinos de este vetusto reino español.
       Ahora si le digo desde este blogs al nuevo presidente electo del gobierno que no me gustaría a mí estar en su pellejo, porque el toro que tiene que lidiar es un miura con unos pitones tan afilados como dos sables y que iremos viendo en los próximo cuatro años, como se van ha ir desarrollando cada uno de los tercios de este toro llamado España.
       A la oposición decirles, que ahora les toca disfrutar como más les gusta a ellos, ya que serán los organizadores de las huelgas, manifestaciones, y si me apuráis hasta algo de vandalismo callejero, y es que yo creo que disfrutan mas en estos entretenimientos que en el propio gobierno,  de hecho se le da mejor estos bastos menesteres a los socialistas que el gobernar y de hecho ya lo hemos podido comprobar en estos últimos ocho años. 

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