miércoles, 8 de junio de 2011

SER NORMAL, ES DIFICIL HOY EN DÍA

Ser normal se está poniendo por las nubes. Implica aceptar, por ejemplo, que las primeras páginas de los periódicos más serios del universo mundo saquen a tres o cuatro columnas, cuando no a cinco, la fotografía del acto más necio de la historia, como son enlaces matrimoniales u otros eventos de famosos, hijos de famosos o lo que es peor a personajillos de la salsa rosa. Hoy ser normal significa que has de aprobar que los medios de comunicación den lo mejor de sí mismos para cubrir un acontecimiento oligofrénico cuando aquí rozamos los cinco millones de parados y el Gobierno confía la recuperación económica al azar. Ser normal quiere decir que aunque apreciaras a tu alrededor una indiferencia absoluta por estas noticas, debes hablar de ello, en efecto, como si nos concerniera. ¿Cómo no nos va a parecer lógico entonces que las declaraciones de Mourinho respecto a la UEFA produzcan más escándalo mediático que las de Cospedal acerca de la neutralidad informativa o las del PP sobre ETA?

Ahora bien, si las noticias del día, para todos los medios, están representadas por fotos de contenidos horteros, ¿acertarán esos medios cuando nos recomiendan una película, una ópera, un libro, un restaurante, un programa de televisión? ¿Sabrán de qué hablan cuando nos explican la crisis económica? ¿Nos podemos fiar de sus sesudos editoriales acerca de lo humano y lo divino? ¿Podemos estar tranquilos de los que nos cuentan las declaraciones de periódicos progresistas?, ¿Debemos tomarnos en serio sus horóscopos? En fin, que nunca ser normal (o parecerlo) había resultado tan arduo. Pero por buena voluntad que no sea: ¡Viva la prensa rosa!

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