LAS CRUZADAS,

Cuando estudié hace unos años las cruzadas, que no es otra cosa que genocidio como otros que ha habido a lo largo de la historia. Me vino a la cabeza que algo tenía de parecido con los conflictos tiene en la actualidad Occidente (es decir U.S.A.) con el Oriente Próximo. Llegando a la conclusión que nosotros hemos querido de alguna forma gobernar las tierras de los infieles sea cual sea la causa, la de ahora se llama petróleo, pero la de aquel entonces se puede llamar fanatismo religioso o dominio étnico. Ahora os invito a leer como estos conflictos son tan antiguos como la existencia de la civilización europea.

Las Cruzadas representan una etapa de la lucha de Europa contra Asia; mejor dicho, contra el Asia Menor, lo que hoy día llamamos Oriente Próximo. Esta lucha empezó desde el momento en que Europa, bajo la capa del helenismo, tuvo conciencia de sí misma para oponerse al mundo oriental, de manera especial al imperio persa. Fueron éstas las «guerras médicas» durante las cuales Grecia rechazó el asalto a Asia.

Con Alejandro Magno, el helenismo pasó a la ofensiva, sojuzgó al imperio persa, y las fronteras europeas llegaron al Indo. Luego Asia reaccionó, representada por los partos que rechazaron el helenismo al oeste del Eufrates, en 129 a. de C.

Durante más de cuatrocientos años, desde el 64 a. de C. hasta nuestra era, Roma, la heredera de los Estados griegos y protectora del helenismo, defendió esta frontera contra el Irán parto, y después, a partir del 224 d. de C, contra el Irán sasánida.

La lucha entre el mundo iraní y Roma tomó un aspecto muy especial: la cuestión de Oriente cambió de faz cuando hacia el 325, el emperador Constantino abrazó definitivamente el cristianismo, y aún más desde 395 cuando el imperio romano se transformó en el imperio bizantino, revistiendo un carácter claramente confesional. Hasta entonces, la cuestión de Oriente era simplemente un asunto étnico o cultural, pero de pronto se convirtió en un asunto religioso. Se emprendió una guerra santa desde 622 a 628 a cargo del emperador de Oriente Heraclio contra el rey sasánida Khosroes II. En 614, los persas habían conquistado Jerusalén, llevándose la Vera Cruz. En 630, Heraclio, vencedor, les obligó a devolverle la Cruz, que entronizó solemnemente en el Santo Sepulcro.