lunes, 21 de febrero de 2011

HISTORIA Y TRADICCIÓN DE LA STA. MUJER VERÓNICA. I

Sta. Mujer Verónica, Hdad. del Encuentro Almería
Uno de los personajes más populares de la religiosidad popular extraídos de los evangelios apócrifos, y que a la vez han sido reconocidos por la Iglesia Católica, sin lugar a dudas es la Sta. Mujer Verónica. Y que vamos a ver con mas detenimientos en varios capítulos a través de las entradas de Vetusta, que como siempre le gusta estar al lado de nuestras tradiciones, aunque estas estén un poco en desuso o algo arcaicas.

Le seguía una gran muchedumbre del pueblo y de mujeres, que se herían y lamentaban por Él. Vuelto a ellas Jesús les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos, porque días vendrán en que se dirá: Dichosas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no amamantaron. Entonces dirán a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Ocultadnos, porque si esto se hace con el leño verde, en el seco, ¿qué será?". (SAN LUCAS 23, 27-31).

Son estas palabras recogidas por San Lucas, las únicas que se refieren en los Evangelios al pasaje y a la figura de nuestra querida titular la Santa Mujer Verónica, pues realmente, sabemos más de ella por la tradición popular cristiana, que por los santos Evangelios que expresamente ni tan siquiera la mencionan.

El término "Hijas" utilizado por Jesús en lugar de "mujeres", aparentemente más apropiado, parece que hace referencia a las Thygatéres Ierusalem (hijas de Jerusalén), que eran un grupo de consoladoras, o mujeres de familias nobles que se encargaban de llorar y aliviar a los condenados. Esta costumbre perduró en la cristiandad con las plañideras de las cofradías de misericordia.

Las Santas Mujeres con su actitud, y especialmente la Verónica, dieron un testimonio de valentía y amor, proclamando la inocencia del Mesías ante las mofas y escarnios de la muchedumbre, y ello les hizo merecedoras a través de la devoción popular, de que se les rindiera culto y de que la Santa Verónica sea titular de muchas Hermandades al igual que en la nuestra. La mayoría de los autores defienden que el nombre Verónica proviene del adjetivo latino Vera, más el sustantivo griego eikón (eikwn) de donde procede el término icono, es decir verdadero-icono o "verdadera imagen" del rostro de nuestro Señor. En otro pasaje, Lucas (8, 40-51) nos cuenta: "Cuando Jesús acompañaba a Jairo a su casa para curar a su hija agonizante y en medio de una muchedumbre una mujer con hemorragias se acercó por detrás y consiguió tocarle la orla de su manto. En ese momento quedó curada. Jesús aun sin sentir el roce ni verla, supo que algo había pasado y preguntó: ¿Quién me ha tocado?. Pedro le dijo: Maestro, ¿como saberlo? mira las gentes que te oprimen y que te aprietan. Pero Jesús insistió: Alguien me ha tocado, porque he sentido una fuerza que salía de mí. Viéndose descubierta, temblando de miedo, la mujer se arrodilló ante el Señor y contó lo que había pasado. Jesús le dijo: Hija mía, tu fe te ha salvado; vete en paz".

Esa mujer de las hemorragias, ha sido convertida por la tradición apócrifa en la Verónica, concretamente por el evangelio de Nicodemo, en las actas de Pilatos y en la Venganza del Salvador, que más adelante veremos.

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