sábado, 5 de febrero de 2011

ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LAS JUNTAS DE GOBIERNO

Stmo. Cristo de la Buena Muerte
Fotografía: Dani Pérez, cartel Paseo cofrade
Hace un tiempo le pedí a mi amigo y profesor de sociología D. José Nerín, que me ayudara a realizar un estudio sociológico sobre como incidía la clase social o intelectual en las juntas de gobierno de las hermandades, para la evolución de estas. Él, como aragonés que es, concretamente de Barbastro, no sabía muy bien de lo que iba el tema, pero yo le puse en antecedentes de forma esquemática y me contestó que me iba ayudar a realizar tal estudio asegurándome, que al no saber él del tema, tendríamos la suerte de que el trabajo saliera lo más ecuánime posible.

Me puse manos a la obra, y trabajé en el asunto, tal como el me iba indicando. Recopilé toda clase de información sobre las personas que formaban las juntas de gobierno y el patrimonio que había adquirido en los últimos 20 años. Realizamos varios experimentos con los datos obtenidos por mediación de primera mano.

Tras haber hecho todos los estudios posibles, a cada una de las hermandades, pudimos llegar a la conclusión que cuanto más era el rango de la junta de gobierno a nivel social, o los niveles académicos, menos patrimonio tenia la hermandad así como más era su decadencia. En cambio, mientras más grande es el patrimonio de la hermandad, menos señorita es la junta de gobierno. Por una sencilla razón, las personas con grandes estudios o buenas posiciones sociales, es más remilgada a la hora de trabajar, aunque siempre hay excepciones que confirman la regla.

Yo prefiero menos finura y más hechos que no mucha palabrería y pocas obras. Porqué incluso cuando hablo de patrimonio también hablo de obras de caridad y me parece a mí que eso también se nota, mientras más sencilla son los componentes de las juntas gobierno, mas obras benéficas realizan para sus hermanos más desfavorecidos.

Y terminaré diciendo que las obras grandes las realizan los humildes y sencillos de corazón. Nuestro Maestro el Carpintero de Nazaret eligió a los más desfavorecidos para realizar su obra de salvación.