martes, 2 de noviembre de 2010

NOVIEMBRE Y LOS DIFUNTOS

Sra. de los Dolores, ataviada por Álvaro Abríl
     Las hojas de los viejos árboles caducos caen sobre el húmedo suelo, se empieza a oler a leña mojada por los cañones de las chimeneas, el color cris del cielo acompaña en su dolor la perdida de hermano, que es anunciado por en el pausado repicar de la vieja campana, que anuncia la llegada a la Morada del Padre de un nuevo cristiano. Entre la fina lluvia que ayuda a desnudar a los bosques, y que disipa en cierta medida el ollín de las chimeneas, caminan largos lutos hacia la parroquia del pueblo para rezarle el último responso, y darle su último adiós.
     
      Se quedará  allí solo, en el frio silencio del Campo Santo que hoy es protagonista en un día donde la liturgia se multiplica y se viste de morado. Seres que han luchado en este mundo por sobrevivir y que hoy nosotros los horramos con un sencillo ramo de crisantemos. Cuando el doliente va de recogida hacia su casas acompañado del crugir de las hojas secas, entre mezclado con el rechinar de las oxidadas bisagras del calcer del cementerio  y la sintonía del lento repicar de la vetusta campana, camina con el  corazón en un pullo, recordando que ellos ya no están aquí con nosotros. Solo le apetece el calor de nuestro fiel compañero de salón, que nos abrigará en nuestro vacio, así como el  respirar el olor a leña y a caldo caliente, que nos recorrerá el interrior de nuestro cuerpo, dándonos el consuelo necesario.
    
      Pero le queda el consuelo de esa Mujer, que fué fiel Docella Oyente y Madre Doliente, y que supo lo que era perder a un hijo brutalmente asesinado, por eso fue nombrada Madre Universal.  Nosotros los hombres, en la religiosidad popular en su rica sabiduría, ha impregnado el  luto en el ajuar de nuestras dolorosas, que en estos días lucen negros terciopelos, combinados con ricas mantillas y encajes, luciendo modestas preseas en sus sienes, haciéndole aflorar su carita de azucena, la pena y el dolor de una Madre que ve como cada día un hijo suyo en cualquier parte del mundo, muere en vida.

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