Ha pasado septiembre, atrás han quedados cuatro besamanos, una salida extraordinaria, varios cultos internos, así como la s beatificaciones de Fray Leopoldo y Sor María Purísima de la Cruz, convivencia patronal, visita Paulina a la Cátedra de D. Adolfo, fatídicos acontecimientos en la Real Capilla Hospitalaria en la que ni Magdalena a podido evitarlos; comienzo de colegios, institutos, así como la universidad. Al término del mes los Arcángeles nos tendieron la oportunidad de castigar al gobierno y la desaprovechamos.
Nos encontramos inmersos en el otoño, paso a paso iremos adaptando a la estación, teniendo presiente que este es el mes del Rosario, del Pilar, de las misiones, de retraso de horario, de salida ordinaria y extraordinaria, cultos y exaltaciones, de reanudaciones de cursos, al fin y al cabo vuelta a la monotonía, que nos va conduciendo a los días ventosos, crises y desapacibles.
Pero dentro de esta monotonía tendremos nuestras tertulias en cualquier plaza o calle de Vetusta, iremos cambiando la manga corta por la larga, nuestras arterias callejeras se quedarán sin compañía a horas más tempranas, nos visitará algunas nubes, perderemos de vista algunos animales, el campo se teñirá de marrón, a causa del desnudo de los caducos árboles, en algunas zonas de nuestra geografía veremos cómo los pastores realizan la trashumancia, volveremos ha oler a castañas y moniatos asados, repostería de membrillo, los santos nos darán ha degustar sus dulces huesos, para terminar las últimas horas del mes con la representación del D. Juan Tenorio.
Nosotros, los habitantes de Vetusta sabemos que comienza la cuenta atrás, para la llegada de la primavera, aunque sabemos muy bien que aún nos quedan muchas horas de trabajo, de estudio y de sinsabores, pero aún así, contamos los días y los meses como si de un acontecimiento familiar se tratara, para verla a Ella convertida en Reina y Señora.
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