Son capaces de comprar la vida de una persona, acosta de quitársela a otra, no les importa las tragedias familiares que originan con su oro blanco, así como las desgracias de por vida a millones de jóvenes. Sólo les importa su dinero, su vida, sus lujos, etc… No tienen escrúpulos a la hora de comprar jueces, policías, guardiaciviles, abogados, alcaldes, concejales, diputados, consejeros del gobierno, etc… todo por triunfar en la vida. Llega el momento que se creen que son dioses aquí en la tierra, que no hay nadie por lo alto de ellos. Se creen con todo el derecho del mundo a la hora de poner o quitar del medio a cualquier ser humano, tan solo porque les lleven la contraria, así como de vivir lujosamente a costa de las vidas de los demás. Son ellos mismos los que organizan las fiestas de sociedad en los residenciales de lujo de la costa española, todas esas reuniones de sociedad que nos meten por los ojos los programas de cotilleo o las revistas del corazón. Con un único objetivo, que se conozcan todas las autoridades de la zona que están inmersas en el tráfico de estupefacientes. Siendo esta una manera elegante de que se conozcan todos los colaboradores para que así no se destapen los unos a los otros por desavenencias políticas.
Si alguien tiene duda de todo esto puede leerse la novela “la Reina de sur”, del afamado escritor Pérez Reverte, donde podemos ver con detenimiento el lujo y el esplendor con el que viven, sin importarles nada de nada el mundo que les rodea. Como organizan sus fiestas de sociedad, con el único objetivo que tienen es que la cocaína llegue bien a su destino, y si para eso tiene que comprar al comandante de la guardiacivil, no tienen escrúpulos al hacerlo, para eso organizan el sarao, y este, claro está que se dejan, porque sabe que hay miembros del gobierno que están metidos en estos ministerios. A los cuales les veo más mala intención que los propios capos de la droga, porque de ellos sabemos por donde caminan, pero estos nos ponen una cara y luego son los que realizan las gestiones con otros países para poder traficarla con toda normalidad y sin problema alguno.
Espero que alguna vez, toda esta gente podamos saber quiénes son, y que se les juzguen tal como dictan las leyes, para que por lo menos pasen la vergüenza, si es que la tienen, delante de todos sus electores. Mientras leía el libro de Pérez Reverte, me preguntaba a mí mismo, ¿cuántos nombres de personajes públicos se habrá topado Reverte a la hora de investigar este diabólico mundo?, ¿se llevará el secreto hasta la tumba?, ¿tendrá una vida coaccionada a raíz de la publicación del libro?.
La verdad la sabremos por él, pero es el quién podrá destaparla ante nosotros. Mientras tanto, sólo nos queda rechazar con elegancia esa sustancias que tanto daño hace a nuestra sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario