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| Álvaro, retocando. |
Nos lo trajo una primavera, cuando la luna de parasceve estaba creciendo aún. El espejo donde se refleja el Astro Rey, nunca pensaría que la olvidad de las dolorosas de nuestra Vetusta iba a eclipsarla la noche en la que el Sol dormiría dentro de la tierra.
El culpable de todo esto se llama Álvaro y de apellidos Abril Vela, ese granadino del barrio del Zaidín, nacido bajo el amparo del rico manto de la Reina de las Angustias. Como decíamos en el principio del párrafo, lo podríamos acusar de tan glorioso delito, por empeñarse cada vez que viene en ataviarla con ricos terciopelos para terminar sacándole el máximo de partido a la olvidada dolorosa de Nicolás Prados; creyéndose la hermandad cada vez que la engalanar que él granadino ha tocado techo. El viene con su equipo de amigos, entre ellos Jesús López, los cuales entre encajes, sedas, terciopelos cogidos con el máximo mimo con alfileres, intentan darle la mayor sobriedad, categoría, así como un gran empaque como ninguno de los vestidores que han pasado por la hermandad, han sabido darle, proveyéndole ese sabor añejo y rancio de Reina y Señora, así la hemos podido ver en los dos besamanos, en los diferentes triduos, las dos salidas procesionales, de ordinario, pascua, etc… Siempre marcando su estilo muy personal, sea la época que sea, mostrándonos nuevos perfiles, nuevas sensaciones, etc…
La verdad es que Álvaro está marcando un antes y un después en el carácter de guarnecer a Ntra. Sra. de los Dolores, que nunca nadie antes se había atrevido en Vetusta, siendo referencia la Titular del Sto. Sepulcro en el mundo cofrade dentro y fuera de las fronteras de nuestra ciudad, fenómeno que nunca creía los capillitas de esta milenaria ciudad que podría ocurrir con la titular mariana de la nombrada hermandad. Y todo eso es gracias a esas manos y esos dedos, que se trasforman en querubines y serafines para con el máximo de mimo poder acicalar, embellecer y descubrir toda la beldad ocultada, de la que es Emperatriz de San Pedro.
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