lunes, 9 de agosto de 2010

EL HORIZONTE DEL HOMBRE

El hombre desde sus orígenes es capaz para preguntarse, el hombre se pregunta, decía Platón que el hombre que no se pregunta por la realidad que le rodea, es un necio o un mentecato; y en el hombre la pregunta es algo específico, e indica varias cosas, como puede ser que hay una diferencia entre el conocer y lo conocido. El horizonte de la pregunta humana es ilimitado, porque a cada pegunta que le sobreviene una respuesta le llega otra pregunta. La pregunta por el SER es una de las principales de la filosofía desde el principio, desde el ser ilimitado a lo limitado del ser.

Esta pregunta por el ser es radical, porque justo en ella puede aparecer el hecho religioso manifiesta como Misterio se impone como respuesta a la pregunta es el presupuesto de una posible revelación. Entonces, ¿el hombre que se pregunta obliga a Dios a existir, a ser respuesta?

Entonces Dios aparecería como una respuesta a todos esos interrogantes, sin poder concluir que el anhelo y la pregunta del hombre impliquen que Dios no exista. Teniendo como única repuesta que el hombre tiene capacidad de horizonte para esperar que alguien le salga al encuentro o no, de la revelación.




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