Algunos se alucinan, no viven su vida, sino que toleran las exigencias de sus instintos o las múltiples fantasias de sus deseos.
Otros quedan desengañados del pasado; y otros lo aureolan con todos sus bellos colores. Finalmente, otros tiemblan ante el porvenir o le atribuyen un valor mágico.
Olvidan todos vivir el presente. Sólo hay en medio para que no falle la propia vida: sumergirse por entero, personalmente, en el momento presente, respondiendo al Amor infinito que invita desde el hueco de cada uno de estos momentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario