jueves, 8 de julio de 2010

EL COSTAL, MENUDA HERENCIA

Aunque yo no viví aquellos años, en los que se empezaron a formarse las cuadrillas de costaleros en nuestra ciudad, pero si lo he oído e incluso me lo han contado de primera mano, como unos hombres de apenas 25 años de edad máxima, sin saber o si sabían algo, era muy remoto, se atrevieron a convocar a chavales de sus barrios, compañeros de trabajo o de estudios e incluso familiares para formar las primeras cuadrillas de costaleros en los años 80.

Hombres que lo arriesgaron todo por ver su sueño hecho realidad, a costa de horas de sufrimiento y de dolor, de calentamientos de cabeza, de cómo rellenar una trabajadera, de andar lo mejor posible para su corto conocimientos. Ahora se les critica de cómo andaban en aquellos años, pero hay que saber que se dieron profusos palos de ciego en aquella época, algunos ni sabían para lo que servia un costal, ni mucho menos colocárselo, y lo único que hacían, era lo que habían visto en algunos viajes hechos a la vecina ciudad de Granada o los mas atrevidos a Sevilla. Eran años difíciles, entonces no había tanto adelanto en las telecomunicaciones, ni se transitaba tanto como hoy en día. Lo que si hubo fue una influencia granadina por su cercanía y por haber varios chavales de aquella época estudiando en Granada, los cuales algunos han llegado a ser capataces o lo siguen siendo de algunas de nuestras hermandades.

Por eso Vetusta quiere reconocer el trabajo de aquella gente, tanto de los de abajo, como por los que eran y algunos siguen siéndolo, los ojos del costalero, por los que apostaron por el comienzo de una nueva era cofrade, siendo para la historia de Almería un antes y un después de nuestras hermandades, a todos ellos gracias por tan magnánima herencia, y solo espero, que la sabia nueva pueda estar a la altura de tan portentoso legado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario