domingo, 18 de julio de 2010

18 DE JULIO, A TODOS LES CAMBIÓ LA VIDA

Se licenció del servicio militar un 16 de julio allá por el año 36, en la base militar de Cádiz, no tenia billete de tren para volver a Chercos, (su pueblo natal situado en el corazón de la sierra de los Filabres, en Almería), hasta el 20 del mismo mes, en el ecuador de los días de espera, estalló lo que España se preveía, el alzamiento militar.


A nuestro protagonista le cambiaron todos sus planes, su vuelta a su casa, su trabajo, volver a ver a su novia, etc…, lo reclutaron para servir al bando nacional, ahí estuvo recorriéndose España entera con fusil en mano, haciendo lo que nunca hubiera querido hacer, participar de una guerra. Antonio, que es como se llama, sufrió frío, calor, hambre, miseria, desesperación por ver como amigos de la infancia, paisanos de su propio pueblo se les escapaba la vida descuartizados y desangrados delante de sus ojos, sin poder el hacer nada, solo seguir a las ordenes de sus superiores, e ir avanzando en el frente, dejando a tras a los que iban cayendo, como si sus vidas no les importaran, con la única esperanza de rezar todos los días a su Virgen de Fátima, para que ese infierno en el que ardía España, se rescindiera de una vez por todas.


Algunos presumen de haber contribuido en ella, e incluso de haber intervenido en aquella que si libró en los extremos del río Ebro. El en cambio, luchador heróico e invencible hasta el día de la victoria, ha fallecido diciendo que fue el peor día de su vida, teniendo que sentir como el miedo lo envolvía hasta apoderarse de el, incluso mirar la muerte cara a cara, y luchar contra ella de manera ardiente, para poder sobrevivir. Pero no fue esto lo que mas le horrorizó sino ver a España dividida, teniendo que ver como bregaban hermanos contra hermanos, al fin y al cabo para que venciese quien venciese, el pueblo tuviera que seguir luchando y trabajando día a día, para conseguir el pan para su casa. Mientras los dirigentes aposentarse en el sillón, para mandar y ordenar.


Hoy se celebra por desgracia 74 años de esa guerra que dividió a casa enteras en dos bandos, aniversario que nunca se tenia que haber celebrado porque hubiera sido mejor para todos, guerra en la que Antonio Díaz Alonso, es decir mi abuelo, tubo que ser protagonista de una historia de la cual nunca hubiera anhelado ser partícipe de tal malogrado guión.



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